No os preocupéis, la crítica de Ouija será breve, porque nadie se merece perder minutos de su vida ante semejante atrocidad y no queremos sentirnos culpables por ello.
Tampoco os vamos a engañar, Ouija da miedo y horror a gran escala, aunque sea causado por su astronómica mediocridad, y sí, lo vas a pasar realmente mal viéndola, porque la vergüenza ajena que sentirás será inolvidable y saldrás de la sala oculto entre tus miserias deseando que nadie se haya percatado de tu presencia en el lugar del crimen.
Ouija es un subproducto (que no película) del género de terror (zafio) dirigida (perpetrada) por Stiles White, un cineasta que disfruta aquí de su primer trabajo tras las cámaras (y esperemos que sea el último). Acompañado por un reparto de jóvenes energúmenos a los que odiarás segundos después de verles aparecer en pantalla (sí, ninguno de ellos con un porcentaje de grasa superior al 8%), White nos deleita con 89 minutos eternos de metraje que comienzan en estado de coma y que se resuelven de forma vergonzosa y a todo trapo, sumidos en un espectáculo de ridiculez extremo.
Película orientada a un espectro de público no superior a los 15 años. Sí, ese núcleo de espectadores que disfrutan las películas en la sala de cine a viva voz como si de una retransmisión deportiva se tratara. Pero una cosa es presentar un producto simplón y con artificios fáciles como recurso fundamental, y otro insultar a la audiencia presente con un film indigno de ir más allá de la pequeña pantalla de televisión (preferiblemente televisión de tubo y proyectada a través de vídeo Betamax).
Ouija es una película sorprendente, como la que más. Sorprendente porque es capaz de repetir los mismos sustos no una, ni dos, sino cuatro o cinco veces. El típico recurso cuando te crees que va a aparecer un espectro y luego no es más que uno de los protagonistas que pasaba por allí, es utilizado en Ouija hasta la saciedad, al igual que las puertas que se abren o se cierran, o los espíritus gritones, y termina convirtiéndose en una mala parodia de Scary Movie o de cualquier “Mierda Movie” que se precie.
Los efectos especiales a la altura de la película, desastrosos, y entre bambalinas la empresa Hasbro entre carcajadas preparando tableros de la Ouija a diestro y siniestro para arrasar entre la “chavalada” estas Navidades.
¿Pero sabéis que es lo más gracioso, divertido, y a la vez amenazante de todo este embrollo de mediocridad? Que posiblemente no tardemos mucho en recibir una segunda entrega. El “Pan y Circo” más presente en Hollywood que nunca.
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