Resulta sorprendente que la fórmula de Marvel para crear éxito siga dando resultados desde que en 2008 crease su Universo Cinematográfico con ‘Iron Man’. Es evidente que esa fórmula funciona gracias a una continua evolución, que en su última fase de las tres programadas por el estudio están viéndose los frutos de un desarrollo fuerte y sólido. Tras el macroéxito que fue ‘Capitán América: Civil War’ tocaba empezar a conocer a nuevos personajes, superhéroes que se alejan de prototipos como lo son Capitán América o Iron Man, era el momento ideal para que ‘Doctor Strange’ hiciese acto de presencia.
Benedict Cumberbatch brilla como el Hechicero Supremo de Marvel
El doctor Stephen Strange es un neurocirujano reconocido por sus estudios y máxima precisión. Pese a su arrogancia, tal es su prestigio que es profundamente respeto dentro de la comunidad médica. Sin embargo, un accidente de coche le deja con las manos completamente inutilizadas. Desesperado y completamente solo, Strange encuentra un lugar para la esperanza, el Kamar-Taj. Allí aprenderá a conectar con su lado espiritual y místico y desarrollará poderes mágicos que lo convierten un poderoso Hechicero que deberá enfrentarse a fuerzas oscuras que quieren destruir el equilibrio del universo.
‘Doctor Strange’ tiene un esquema similar que otras películas de presentación de personajes como ‘Capitán América: El primer vengador’, ‘Thor’, ‘Ant-Man’ o ‘Iron Man’: Impactantes efectos visuales, presentación del protagonista, ajustadas dosis de acción, momentos de humor que alivian la carga dramática y un combinado que resulta ser un buen entretenimiento. No hay variación, incluido el malo malísimo complejo. No obstante, y aquí está la clave del éxito de Marvel, lo que diferencia a todas las cintas Marvel es el haber dado un toque distinto a cada una, ligeros cortes de frescura que permiten ver una evolución constante entre la ironía de Tony Stark o el humor “loser” de Scott Lang.
Un viaje psicodélico y místico hacia otra realidad
Y ahí reside la originalidad de ‘Doctor Strange’, con la que el equipo creativo de Marvel apuesta como una ruptura de la clásica imagen de superhéroe por una en la que la magia y los conjuros llevan al espectador a un auténtico viaje psicodélico que viene liderado por un actor tan carismático como Benedict Cumberbatch, el ‘Sherlock’ del siglo XXI es una muestra de agudeza intelectual mezclado con carismática socarronería, en ese sentido recuerda mucho a la primera etapa de Iron Man. Cumberbatch derrocha elegancia británica con su Hechicero Supremo, que viene acompañado por unos acertados secundarios, con una Tilda Swinton etérea y sabia como mentora a un rígido Chiwetel Ejiofor o una sentida Rachel McAdams, que da un estupendo contrapunto en esta aventura de magia y hechicería.
En el sentido visual se está ante una de las películas más arriesgadas y vanguardistas de Marvel, que demuestran que el toque barroco de Christopher Nolan en ‘Origen’ podría haber dado mucho más juego sino hubiera excesivamente solemne. Scott Derrickson, director más relacionado con el terror de serie B, sabe combinar la grandiosidad de las cintas Marvel con un toque oscuro y místico. Con un guión escrito a tres manos, el personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko en 1963 era ideal para desarrollar nuevos superhéroes en esta última fase programada del Universo Cinematográfico de Marvel, y que puede seguir expandiéndose en una posible Fase 4.
Marvel sigue gozando de buena salud
Ligera y sin tomarse en serio así misma. Cierto es que ‘Doctor Strange (Doctor Extraño)’ tiene los mismos puntos fuertes y débiles que una película iniciática, pero Marvel demuestra que incluyendo magia, conjuros y hechizos en este mundo de superhéroes no sólo funciona sino que logra que su clásico fórmula se reinvente. El Hechicero Supremo de Marvel viene pisando fuerte y a reclamar su puesto en un universo que cada vez es más extenso. Maravilloso y efectivo blockbuster que confirma la buena salud que goza la Casa de las Ideas en el cine.
Tráiler de Doctor Strange (Doctor Extraño
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