El Universo Cinematográfico de Marvel dio un punto de inflexión con ‘Vengadores: La era de Ultrón’, que dejó caer lo que vendría a ser su Fase 3, la última de las que se habían planeado antes de que empezase a barajarse una Fase 4. Con ‘Capitán América: Civil War’ se abre por todo lo alto esta nueva etapa, una auténtica Battle Royale en la que los creativos de la Casa de las Ideas despliegan varias pistas.
Tras los sucesos ocurridos en ‘La era de Ultrón’, naciones de todo el mundo consideran que los Vengadores, que son una entidad privada, deben rendir cuentas a los diferentes estados soberanos y que actúen sólo cuando los gobiernos lo consideren necesario. Esto, junto con la aparición del Soldado de Invierno, provocará una fuerte fricción entre los Vengadores. Por un lado está el bando de Capitán América, que considera que cada gobierno guarda también sus secretos y que, al rendir cuentas, se pierde el poder actuar si un estado considera que va contra sus intereses; por el otro está el de Iron Man, ya ve que los súper poderes deben tener un control, y que son los gobiernos los que lo deben proteger a la Humanidad. La división parece insalvable, lo que desembocará en una encarnizada batalla entre aliados.
Los hermanos Russo ya consiguieron estar detrás de una de las películas mejor producidas del estudio, que fue ‘Capitán América: El soldado de invierno’. En esa cinta, Steve Rogers veía que sus valores no tenían por qué ser los mismos que los de un gobierno, en el filme se percibía una fuerte crítica hacia la excesiva protección que tiene un país hacia sus ciudadanos debido al miedo. Una característica propia de las novelas distópicas de Orwell o Huxley que en ‘Civil War’ da un paso más allá al convertir el dilema en un problema internacional.
Y con tal razonada cuestión, Marvel crea uno de sus enfrentamientos mejor justificados, en el que la acción tiene motivos y los fuegos artificiales lógica. Nada sobra y nada falta en esta tercera película del Capitán América. Los Russo, junto con los guionistas Christopher Markus y Stephen McFeely y el productor Kevin Feige, logran crear un auténtico espectáculo pirotécnico con varias pistas y un nutrido grupo de personajes. Un verdadero juego de malabares del que logran salir no sólo indemnes sino victoriosos. Aparte de ese dilema que crea una fricción y dos puntos de vistas, ambos con fundamento, están diversas tramas como los motivos del villano principal, así como los propios problemas que tiene cada superhéroe tras sus espaldas.
La Casa de las Ideas ha sabido tomar prestado de una de sus novelas gráficas más complejas, ‘Civil War’, el mostrar la disyuntiva sobre hasta qué punto una mano debe controlar a la otra y la diversa gama de grises que genera. No hay malos o buenos en los dos bandos, sólo perspectivas que provocan una discusión que se traduce en espectáculo pero que deja poso, lo que provoca que la fórmula Marvel no sólo funcione sino que cree escuela.
Cierto es que resulta complicado hacer una producción con un reparto tan extenso y con personalidades tan complicadas. Sin embargo, el equipo creativo y de producción han ensamblado magníficamente a todos sus personajes. Robert Downey Jr. ofrece la mirada más amarga de su Iron Man; Chris Evans sigue demostrando que su Capitán América, pese a ser muy claro en su forma de ser, tiene mayor complejidad de la que aparenta; los demás actores aportan elementos de acción como de comedia (estupenda la entrada de Ant-Man a este grupo). Tanto los personajes veterano como las nuevas inclusiones (geniales los debuts de Black Panther y Spider-Man) funcionan, ninguno está de más. Mención a parte para el alemán Daniel Brühl, un villano con causa y motivo y que sabe jugar con su ingenio para provocar una hecatombe, sin artificios ni pirotecnia, para eso están los superhéroes.
Con lo cual, ‘Capitán América: Civil War‘ se convierte en un verdadero divertimento palomitero. Un espectáculo en el sentido más amplio y positivo de la palabra. Una mutación de lo que serían las actuaciones del Circo del Sol si fuesen superhéroes. Magistral, Marvel ha creado la mejor película de su universo cinematográfico desde ‘Los Vengadores‘, y no es que tenga muchas malas películas precisamente. Una brutal y brillante entrada a una fase que empieza por todo lo alto.
