Si es bien cierta la frase de “segundas partes nunca fueron buenas“, también es cada vez más pronunciada la de “ojalá hicieran la secuela de...”. Y es que tras la avalancha de remakes que han generado secuelas y sagas enteras posteriores que han plagado el cine más comercial, es inevitable preguntarse por qué aquellas segundas partes que los espectadores realmente sí queremos, nunca podemos disfrutar. He aquí un repaso a algunas de ellas.
En el género de acción no es difícil encontrar secuelas, terceras partes y hay alguna de coches que va por la séptima entrega, pero hay un título en concreto del que se esperaría con una expectación inusitada una secuela y no es otra que Gladiator, si es con Ridley Scott mucho mejor.
Gladiator, estrenado en el año 2000, supuso un antes y un después en el espectáculo de historia épica con una mezcla improbable de acción y romance que agradó a todos los públicos. La puesta en escena de la Roma Imperial fue la mejor hasta la fecha y todos los sucedáneos posteriores en forma de largometraje o serie para televisión (aquí hablamos de luchas entre gladiadores como Hércules o Pompeya, mezclas de violencia y sangre como Spartacus o fantasía bélica tipo 300) no han conseguido hacer sombra a la mayor obra de arte en relación a las luchas romanas, dentro y fuera de la arena.
Pero hay que reconocer que es la ciencia ficción la que más genera expectativas frustradas con secuelas que nunca llegan a cumplirse. La más famosa de todas ellas, sin duda, Blade Runner 2, film inexistente que fans de todo el planeta han clamado por que aparezca y que, de nuevo, Ridley Scott se encarga de echar abajo los sueños de poder ver a los replicantes y a un Rick Deckard (protagonizado o no por Harrison Ford), todavía luchando por buscar un sentido a su vida, mientras defiende el orden y la paz en una ciudad futurista y con adelantos a nuestra propia época que, sorprendentemente, luego hemos visto cómo iban apareciendo.
Manteniéndonos en una ciencia ficción más realista, una de las obras cumbre de M. Night Shyamalan ha sido siempre solicitada, la secuela de El Protegido. La élite de los críticos de la ciencia ficción más purista catalogan este film también del año 2000 como el ejemplo perfecto de una adaptación real en base a un argumento entre superhéroes, con Bruce Willis en un papel tan controvertido y a la vez enigmático a la altura de su interpretación en 12 monos y un enemigo, Samuel L. Jackson capaz de hacer sombra a todos los súper villanos mostrados en pantalla durante esta década, aún sin tener un sólo hueso sano. Las posibilidades de secuela fueron comentadas durante años para sólo dejarnos con el vacío de una esperanza que nunca se verá saciada.
Proseguimos con un film que, desde 1988, ha quedado grabado a fuego en las retinas de todos los espectadores y que, adultos y niños entonces siempre hemos soñado con volver a ver en forma de segunda parte.
El proyecto ¿Quién engañó a Roger Rabbit? es nada menos que la mejor combinación de imagen real y dibujos animados que jamás hemos podido disfrutar en pantalla. Cierto es que por aquél entonces Robert Zemeckis estaba imparable con su trilogía Regreso al futuro, su posterior Forrest Gump y sus amagos con el terror en Cuentos asombrosos e Historias de la cripta.
A partir del nuevo milenio intentó retomar su éxito pasado con films de animación (Polar Express, Cuento de Navidad, Beowulf), pero nada llegó a ser siquiera la sombra de Roger Rabbit y compañía y el director ha regresado a la realidad sin poner los pies en el suelo con la gloriosa El Vuelo.
Lo cierto es que el film de ¿Quién engañó a Roger Rabbit? es perfecto al combinar la comedia y la fantasía con cine negro de detectives y mafiosos. Por si fuera poco, no sólo se adelantó a su época superponiendo dibujos animados a los fotogramas reales, sino que los actores representan una mayor credibilidad en este montaje que muchas interpretaciones actuales atiborradas de una lamentable tecnología CGI.
Y he aquí para terminar con las secuelas más esperadas que no llegan nunca un título polémico, de los hermanos Coen, cómo no. ¿Debería tener El gran Lebowski secuela? Las aventuras de El Nota y Walter dan para una inagotable serie de televisión, sin embargo los fans consideran que la obra de los Coen es inmejorable. Una mezcla de humor negro con psicotrópicos que convierten al título en comedia excelente, ¿podría llegar a aborrecer en repetidas dosis? Personalmente preferiría experimentarlo y decidir a tener que conformarme con soñar con ello.
Última actualización: 14/04/2014