¿Qué película de cine estás buscando?

Cine y activismo: 10 actores y directores metidos en política

ActualidadArtículosCine

Publicado el en Cines.com por

Algunos intérpretes llegan a ser más famosos por su activismo político y social que por sus películas. Este artículo propone un repaso al apoyo de Charlton Heston a la Asociación Nacional del Rifle, el de Brigitte Bardot a la causa animalista y al Frente Nacional francés, el de Elizabeth Taylor a la lucha contra el SIDA, el NO a la guerra de Luis Tosar o Javier Bardem, y otros ejemplos, hasta llegar a la reciente polémica protagonizada por Leticia Dolera debido a las incongruencias entre su discurso feminista y su comportamiento.

 Usted haga como yo, no se meta en política” es una de las frases más famosas, y cínicas, del dictador Franco. Para algunos la gente de la farándula debería opinar exclusivamente sobre su oficio y no acerca de asuntos políticos y sociales para no dividir a su público, aunque lo cierto es que los periodistas les preguntan mucho por estas cuestiones y les dan mucha visibilidad a su opinión, probablemente más de la debida dada su condición de profanos en la materia. Otros sostienen, al contrario, que la fama de los cineastas y su posición privilegiada de acceso a los medios conllevan una responsabilidad ante el público y la sociedad.

Hoy en día es prácticamente obligatorio para cualquier famoso colaborar con alguna ONG o dejarse ver en alguna gala benéfica, y más en fechas navideñas. Otros se mojan un poquito más y firman manifiestos relativos a cuestiones que rebasan su ámbito profesional, muestran simpatía por una corriente ideológica o por un partido político en concreto y / o tienen su momento reivindicativo: Marlon Brando envió a una norteamericana nativa a anunciar su rechazo al Oscar que le habían concedido por El padrino para protestar por el tratamiento que el gobierno de USA y la industria del cine daban a este colectivo; Vanessa Redgrave, defensora de Palestina, dirigió palabras muy duras a los sionistas al recoger su Oscar por Julia; Tim Robbins y Susan Sarandon se hicieron célebres e incluso llegaron a autoparodiarse por su militancia a favor de diferentes causas en sus apariciones públicas, y, más recientemente, Meryl Streep protagonizó al recibir el Globo de Oro honorífico un hermoso discurso a favor de la multiculturalidad que todos, incluido el propio presidente, interpretaron como una crítica a Donald Trump.

Pero una minoría de intérpretes y directores han ido más lejos desarrollando una actividad paralela como activistas de causas políticas o sociales, y nos vamos a ocupar a continuación de los 10 ejemplos más relevantes o que más han dado que hablar, 6 del cine internacional y 4 de nuestro país.

HOLLYWOOD Y CINE INTERNACIONAL

Barbra Streisand sin pelos en la lengua

Cine y activismo: 10 actores y directores metidos en política

 Sin llegar a haber sido nunca activista política ni social, Streisand es lo contrario a una bien queda y siempre ha sido clara respecto a su posición en múltiples causas. En su faceta musical sus conciertos suelen incluir imágenes y discursos de reivindicaciones feministas, a favor de derecho al aborto y en defensa de las personas LGTBI. En sus películas, por su parte, no ha interpretado papeles de mujeres objeto ni víctimas y ha dejado también claro su orgullo respecto a sus orígenes judíos y humildes y sus ideas progresistas.

Además, en múltiples apariciones públicas ha apoyado rotundamente a diversos líderes del Partido Demócrata norteamericano, y no fue por causalidad que la Academia de Hollywood la eligiera para entregar el primer y hasta ahora único Oscar al mejor director obtenido por una mujer (Kathryn Bigelow); sus palabras al abrir el sobre fueron “ha llegado el momento“. Lejos de perjudicarla o de segmentar a su público, esta actitud inconformista y poco habitual en una gran estrella la ha hecho triunfar y destacar sobre otras actrices y cantantes de físico más agraciado y comportamiento más convencional.

El animalismo de Brigitte Bardot

Las curvas exuberantes de Brigitte Bardot, más que su talento como actriz, fueron uno de los mayores símbolos sexuales de la década de los 60, además del referente indiscutible de Laeticia Casta, que llegó a interpretar el papel de Bardot en la biografía de uno de los amantes de esta, el célebre músico Serge Gainsbourg. Pasada su época de mayor éxito, la diva decidió retirarse del cine en 1973 y dedicarse desde entonces al activismo animalista.

Su labor ha sido relevante a la hora de dar a conocer y poner restricciones a los crueles métodos empleados en la caza de focas, una lucha que luego extendería a favor de los derechos de otras especies animales. No parece tener tanta simpatía, sin embargo, por los animales humanos de culturas diferentes a la francesa, puesto que ha apoyado públicamente al xenófobo Frente Nacional y a su actual candidata, Marine Le Pen, en las últimas elecciones presidenciales galas, al igual, por cierto, que otra gran vieja gloria del cine y antiguo sex-symbol del país vecino como es Alain Delon.

Sus simpatías por la ultraderecha han empañado la labor animalista de Bardot y le han impedido ser considerada símbolo de la causa, pese a haber llevado a cabo una de las contribuciones más destacadas a la misma entre los personajes célebres europeos.

Elizabeth Taylor y la lucha contra el SIDA

Al igual que Bardot, Elizabeth Taylor empezó a llenar con actividades activistas su agenda cuando decayeron sus compromisos profesionales. Para sus fans, las antiguas estrellas ocupan de manera positiva y altruista el tiempo libre del que disponen cuando su carrera deja de absorberlas; para sus detractores, intentan lavar su imagen, mantener la atención de la prensa cuando se encuentran en declive, o pagar menos impuestos.

Convendría reconocer en cualquier caso que tanto Bardot como Taylor lucharon por causas que en su momento iban contracorriente. En los años 80 el SIDA atacaba a dos colectivos, los hombres gays y los toxicómanos, enormemente estigmatizados, y apoyar y recaudar fondos para investigar la enfermedad y mejorar la vida de los enfermos no era una causa blanca que provocara la simpatía generalizada, como podrían ser la lucha contra el cáncer o la pobreza, sino que suponía un compromiso social que Taylor asumió por su simpatía y proximidad a lo que hoy se denomina colectivo LGTBI.

La estrella del pop y actriz ocasional Madonna tardaría todavía unos años, hasta principios de los 90, en militar a favor de los gays y de los enfermos de SIDA, dos causas íntimamente ligadas en esa época; y bastante más tiempo les llevaría a la mayoría de las actuales divas gays apoyar abiertamente a este colectivo.

Charlton Heston y la Asociación Nacional del Rifle

La Asociación Nacional del Rifle es un grupo de presión con más de 5 millones de miembros en EEUU que se opone a cualquier restricción en el uso de armas; siempre ha sido sospechosa de proximidad con la ultraderecha y constituyó uno de los apoyos más firmes de la candidatura a la presidencia de Donald Trump. La única estrella de Hollywood, por cierto, que apoyó en público esta candidatura ha sido Clint Eastwood, miembro también, como no, de esta asociación.

Charlton Heston presidió y fue la cabeza visible de la entidad durante varios años; el documentalista Michael Moore lo convirtió en el blanco de un ataque mordaz, y según algunos despiadado dada la avanzada edad de Heston, en la muy exitosa en su día Bowling for Columbine (2002), película de cabecera de todo el movimiento antiglobalización y de protesta contra la guerra de Irak en aquellos años. Su militancia proarmas no tuvo en su momento impacto en su carrera, pero sí ha empañado el recuerdo del protagonista de Ben-Hur y El planeta de los simios.

Richard Gere: militancia proTibet

Richard Gere era todavía una estrella y un sex-symbol muy relevante en Hollywood cuando en los años 90 hizo pública su devoción por el lamaísmo, la rama del budismo cuyo máximo líder espiritual es el Dalai Lama. Desde entonces Gere combina el proselitismo religioso con el activismo político, denunciando la ocupación del Tíbet por parte del ejército chino. El lama, que goza  también de la simpatía de otros famosos como el músico Nacho Cano, que le dedicó la canción Ay Dalai, ha renunciado desde el exilio a pretensiones políticas sobre la jefatura de estado del Tíbet.

Además de tener algún que otro incidente con la diplomacia China, Gere también lleva a cabo actos en favor de las personas sin hogar y muy recientemente ha sido recibido en Madrid por el presidente Pedro Sánchez como representante de una fundación que trabaja para este colectivo.

Tom Cruise y John Travolta: lucha por el liderazgo de la Cienciología

Tom Cruise y John Travolta: lucha por el liderazgo de la Cienciología

Desde los flirteos de los Beatles con la meditación trascendental, muchas estrellas se han sentido atraídas por grupos religiosos de lo más exótico y a veces de lo más disparatado. La próspera iglesia de la Cienciología, prohibida en varios países, fue calificada por el ensayista Pepe Rodríguez, autor de varios libros sobre diferentes religiones y sectas, como la organización más rápida y eficiente a la hora de vaciar los bolsillos de sus adeptos, opinión coincidente con la historia real narrada en el comic francés Dentro de la secta, donde una joven narra su proceso de esclavización por parte de una tal “iglesia científica“, una referencia bastante evidente a la Cienciología. Su doctrina oscila entre la autoayuda y la ciencia ficción más delirante, lo cual no ha impedido su popularidad entre las estrellas de Hollywood.

Tom Cruise y John Travolta son los cienciólogos más famosos, que al parecer luchan entre sí por su ascenso dentro de la pirámide organizativa y espiritual de la iglesia, y han llevado a cabo películas directa o indirectamente inspiradas en la vida y obra de Ron Hubbard, gurú y creador de esta fe. Menos sutil que Cruise, Travolta protagonizó la adaptación de una de las obras de Hubbard, Campo de batalla la tierra, además de Phenomenon, que fue considerada también una exposición de las teorías cienciológicas.

Es difícil decir si su vinculación con esta creencia les ha beneficiado más que perjudicado; Cruise ha tenido una carrera de éxito casi ininterrumpido durante varias décadas aunque ha sido pasto de la prensa sensacionalista de forma igualmente continua por todo tipo de  rumores acerca de su vida privada. Por su parte, Travolta, que estaba olvidado hasta que Tarantino lo recuperó con Pulp fiction, ha tenido una carrera irregular tanto antes como después de vincularse a la cienciología.

CINE ESPAÑOL

Pilar Miró: del cine a la gestión pública activa

Pionera por haber dirigido programas de televisión en la España todavía franquista de los años 60, algo no precisamente fácil para una mujer, con la llegada al poder de Felipe González en el 82 lograría ser cabeza de la Dirección General de Cine en el Ministerio de Cultura y posteriormente dirigir Radio Televisión Española. Años más tarde, otra directora de cine, Ángeles González Sinde, obtendría de la mano de otro gobierno socialista la cartera ministerial de Cultura.

No obstante, Miró no solamente tuvo una carrera mucho más destacada como cineasta, sino también un plan de desarrollo del cine español bastante más ambicioso y completo que el de Sinde. Mientras esta última carecía de más proyecto político que cerrar las páginas de descarga de películas, Miró intentó darle una vuelta al cine de la época eliminando la subproducción de pornografía blanda y comedias casposas y promoviendo las adaptaciones literarias y un cine de calidad no sometido a intereses de mercado.

Se puede discutir el éxito de las políticas desarrolladas por Miró, pero sería injusto no valorar el interés del experimento, por desgracia sin continuidad, con la excepción mencionada de González Sinde, de poner la política cinematográfica en manos de un cineasta que conoce desde el otro lado la burocracia que supone llevar a cabo la producción de una película, como actividad empresarial y al mismo tiempo artística que es, y que por ello puede tener mucho que aportar como gestor de los recursos públicos destinados al cine.

La política, eso sí, es un mundo muy duro para los no habituados al medio y las purgas internas dentro del Partido Socialista propiciaron un final muy amargo, con acusaciones de corrupción incluidas, para la experiencia administrativa de Miró. La vuelta a los rodajes supuso probablemente una terapia para ella después de los sinsabores de su paso por los cargos públicos.

Luis Tosar y Javier Bardem: No a la guerra

En 2003 muchas ciudades españolas vivieron las manifestaciones más masivas de su historia hasta entonces para protestar por la sorprendente participación activa de España en la segunda Guerra del Golfo decidida por el presidente de gobierno de entonces, José María Aznar, que pasaba a alinearse con las potencias anglosajonas en contra de la tradicional política exterior europeísta española, y de la opinión de la inmensa mayoría de la población. En esas movilizaciones tomaron parte muy protagonista muchas caras del mundo del cine que convirtieron luego la gala de los Goya de ese año en un acto político, algo que la prensa de derechas nunca les ha perdonado, haciendo desde entonces hasta hoy al cine español blanco de todo tipo de calumnias y descalificaciones y creando una fuerte corriente de opinión en su contra.

Es difícil valorar cuánta influencia tuvo su participación en el movimiento social de No a la guerra y en el anterior, Nunca mais, de protesta por la inacción política ante el desastre ecológico provocado por el hundimiento del petrolero Prestige un año antes en las costas gallegas, en el salto a Madrid dado por Luis Tosar, hasta entonces una celebridad local protagonista de la serie televisiva Mareas vivas en la Televisión de Galicia. Tal vez por su talento y su trabajo previo, o tal vez por haber conocido a los contactos adecuados durante las manifestaciones, o probablemente por una mezcla de ambas cosas, Tosar logró ese año un Goya por Los lunes al sol y el goloso papel protagonista de Te doy mis ojos de Iciar Bollaín, otra cineasta muy comprometida en temas políticos y sociales, que le acabaría de abrir las puertas de una carrera continuada de éxito en el cine español.

Tosar no ha abandonado desde entonces su militancia, llegando incluso a formar parte de una lista electoral del Bloque Nacionalista Galego, pero no ha dejado que la política tome el primer plano en su imagen pública como profesional de la interpretación. Una prudencia que nunca ha caracterizado a su compañero del No a la guerra Javier Bardem, más beligerante y comprometido que Tosar según algunos, o más arisco y bocazas según otros. Bardem sí tenía antes de dejar ver sus preferencias políticas una carrera de éxito que, de no ser por su salto al cine internacional, podría haberse visto muy seriamente dañada por la campaña de linchamiento sufrida por parte de ciertos sectores de la prensa a raíz de su activismo.

Willy Toledo: la mochila activista convertida en lastre

Willy Toledo: la mochila activista convertida en lastre

Mientras Luis Tosar refuerza su carrera gracias a los movimientos sociales, otro de los participantes en manifestaciones contra la guerra de Irak, Guillermo Toledo, en aquellos años promesa del cine español muy bien situado para convertirse en uno de sus grandes nombres, con títulos como Al otro lado de la cama (2002) o Crimen ferpecto (2004), y respaldado además por una sólida experiencia teatral, va cruzando líneas y llevando su compromiso hacia causas cada vez más minoritarias, extremas según algunos, como la defensa del sistema político cubano.

Sus continuos enfrentamientos con los partidos políticos de derechas y la Iglesia Católica, que recientemente han propiciado su detención y que tenga causas pendientes con los tribunales, han ido apartándole paulatinamente de los escenarios y los platós a causa de lo que él denomina un boicot por sus ideas.

La historia juzgará si su martirio es autoinfligido e insensato o si por el contrario es un luchador heroico por las libertades; lo que admite menos discusión es que es uno de los mejores ejemplos de que ser más conocido por tus ideas políticas que por tu obra puede beneficiarte a corto plazo, pero mantener un activismo intenso a la larga acaba siendo un muy serio lastre para tu carrera.

Leticia Dolera: activismo advenedizo 2.0

Leticia Dolera: activismo advenedizo 2.0

Leticia Dolera sería el espejo invertido de Willy Toledo; en lugar de una carrera de éxito (auto)saboteada por un protagonismo excesivo del activismo político, aquí nos encontramos ante lo contrario, una cineasta con una trayectoria mediocre como actriz y directora que deja de ser desconocida para el gran público y empieza a llenar su agenda profesional a raíz de su activismo feminista a través de una cuenta de Twitter.

Su caso es un perfecto ejemplo del funcionamiento de las redes sociales como montaña rusa que sube a los altares a ídolos con pies de barro para hacerlos caer igual de rápido: aclamada como gran autoridad en feminismo e incluso autora de un libro en la materia, pese a no tener ningún tipo de formación, experiencia ni trayectoria previa en temas relacionados con la igualdad, los estudios de género ni la política, su globo se eleva a gran altura gracias a tuits agresivos, incendiarios y maximalistas hinchándose hasta reventar con estrépito al surgir la primera confrontación entre los ideales que pregona y sus compromisos profesionales: una de las actrices protagonistas de la serie feminista para la que ha conseguido financiación gracias a la fama conseguida por sus polémicas en Twitter se queda embarazada y, ante los problemas que esto supone para reorganizar los rodajes y la producción, Dolera opta por no formalizar el contrato apalabrado con la futura mamá.

Evidentemente, la noticia de que uno de los iconos del feminismo español ha prescindido de una empleada por quedarse embarazada es demasiado jugosa para no hacer arder las redes; la interesada intenta dar explicaciones y justificar su postura pero en Twitter no hay lugar para oír dos versiones de la historia, dialogar ni reflexionar, sino solo para el juicio instantáneo y categórico, el zasca y el linchamiento, una atmósfera tóxica creada precisamente por usuarios como la propia Dolera, que ha acabado dando un mal paso en el campo que ella misma había llenado previamente de minas. Veremos que le depara el futuro pero parece improbable que tanto ella como su próxima serie puedan seguir utilizando la etiqueta de feministas para promocionarse.

Activismo político y social dentro del mundo del cine

Del repaso a estos 10 ejemplos podemos concluir que el hacer públicas sus preferencias políticas o su apoyo a determinadas causas no tiene por qué ser perjudicial ni fragmentar al público de los actores y actrices sino que puede significar una mejora de imagen y una publicidad gratuita importante para afianzar su carrera. No obstante, encierra un riesgo, sobre todo cuando no existe una carrera solvente detrás de esa militancia, cuando se apoyan causas que la opinión pública percibe como extremas, cuando el comportamiento personal de la estrella no coincide con lo que esta pregona, o cuando el activismo adquiere mayor relevancia que la actividad profesional.

El cine español está de acuerdo casi con unanimidad en que la gala de los Goya no debe volver a ser un monográfico político que eclipse a las películas premiadas, como ocurrió en el año del No a la guerra, pero también una gran mayoría de profesionales consideran que el cine sí debe comprometerse con causas sociales, dar opiniones políticas y no puede estar al margen de la sociedad.

Última actualización: 17/05/2020

Contenido relacionado