La noche de Halloween, de John Carpenter (1978)
La madre de todas las películas ambientadas en la noche de la calabaza diabólica fue esta obra maestra de uno de los mejores directores que el cine nos ha regalado. Carpenter venía de dirigir Dark Star (1974), una película muy pequeña, mano a mano con Dan O’Bannon, pero ya había demostrado entonces, y sobre todo con la colosal Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976), que no solo dominaba el género fantástico. Aquella violenta cacería al por mayor alrededor de la semi-abandonada ya tonteaba con el fantástico heredado de Romero.
Fue su creación -junto a Debra Hill- del asesino en serie Michael Myers la que le puso en la órbita de la meca del cine. Sus 300.000 dólares de presupuesto se convirtieron en más de 47 millones de dólares en el mercado americano, suficiente para iniciar una franquicia de ocho películas, además de dos jugosos remakes dirigidos por Rob Zombie. El slasher, o al menos lo que ahora entendemos como tal, el cine de asesino con arma blanca decapitando jovencitos, llegó a las casas de todo el mundo. Después de asesinar a su hermana siendo un chiquillo, Myers pasará su infancia en un hospital mental del que se fugará en una noche tormentosa en una de las secuencias más aterradoras que se recuerdan. El mito de Jamie Lee Curtis o el Doctor Loomis también empieza en Halloween. Un clásico impepinable.
Última actualización: 30/10/2012