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Spike Lee vuelve con fuerza, o al menos lo intenta, con una propuesta comercialmente muy atractiva, la historia de un policía negro que luchó contra el Ku Klux Klan infiltrándose en él a través de un compañero blanco, y protagonizada por John David Washington, hijo de Denzel Washington. Una película agradable de ver y muy lograda desde una perspectiva industrial, pero a la vez pobre y facilona como película política que parece pretender despertar conciencias.

Infiltrado en el KkKlan de Spike Lee

Crítica de Infiltrado en el KkKlan

Tras varios años en los que su carrera ha asumido un perfil más bajo, se podría decir que Infiltrado en el KkKlan es el intento por parte de Spike Lee de volver a la primera línea del cine independiente y del cine político y social que ocupó en los últimos años 80 y primeros 90 con Haz lo que debas y Malcolm X. El tema es indudablemente comercial, ha reunido un reparto encabezado por John David Washington, hijo de Denzel Washington y estrella emergente, y apuesta fuerte enlazando en el epílogo del film lo contado en él con los muy mediáticos altercados provocados por la extrema derecha norteamericana en Charlottesville y la presunta connivencia con estos grupos del histriónico presidente Donald Trump.

Esta asociación cogida un tanto por los pelos entre la adaptación de una biografía en la que se narran hechos ocurridos en los años 70 y los acontecimientos más recientes y sensacionalistas nos demuestra que Lee no ha cambiado con los años y sigue gustándole moverse en la delgada línea entre la denuncia social y el oportunismo, entre un cine independiente por su rotundo posicionamiento político y unos esquemas narrativos claramente convencionales, comerciales y hollywoodienses. En esta ocasión podría decirse que el director toma el toro por los cuernos y se proyecta en el personaje principal del relato, un policía perteneciente a la primera generación de jóvenes negros que se sumó a las fuerzas de seguridad norteamericanas, históricamente cómplices de la represión de las personas no blancas. Un traidor según las posiciones más combativas del movimiento por los derechos civiles, en especial los Panteras negras, pero según otros un agente de cambio que quiere introducirse en las instituciones como única forma de limpiar el racismo dentro de estas. El paralelismo con la carrera del propio Spike Lee, criticado dentro del cine independiente por haber estado siempre pendiente de los Oscar y buscado el éxito comercial y la aceptación de la industria, pero a su vez un hito incontestable en la visibilidad de la comunidad afroamericana y la lucha contra el racismo en el cine, es evidente; aunque la película trata con respeto al ala más radical de la lucha por la igualdad, representada por el personaje femenino de la historia, es evidente la apuesta por la segunda postura, la integración en el sistema, algo lógico pues lo contrario sería una incoherencia con una narración que sigue la fórmula y los clichés de una película de Hollywood.

John David Washington

Por lo tanto, desde una óptica de cine social o político, Infiltrado en el KkKlan sería una película pobre y fallida, puesto que el Ku Klux Klan es un blanco demasiado fácil y evidente, la caricatura es inevitable puesto que se trata de un colectivo caricaturesco en sí mismo, y por ello difícilmente va a molestar a nadie, va a lograr remover conciencias o va a hacer al espectador replantearse convicciones o posicionamientos. En cambio, desde una óptica comercial estaríamos ante un producto sin duda correcto, bien acabado y que destaca del resto por introducir una pizquita de contenido político y por llevar al cine a mucho público que en principio no iría a ver una película sobre problemas raciales. Un ejemplo evidente, por lo tanto, de obra que gustará o no en función de las expectativas con las que vaya a verla cada uno.

Tráiler de Infiltrado en el KkKlan

Crítica de Infiltrado en el KkKlan
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Resumen

Desde una óptica de cine social o político, Infiltrado en el KkKlan sería una película pobre y fallida. Desde una óptica comercial estaríamos ante un producto sin duda correcto, bien acabado y que destaca del resto por introducir una pizquita de contenido político y por llevar al cine a mucho público que en principio no iría a ver una película sobre problemas raciales.

3.0
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