Excelente opera prima que aborda un conflicto familiar con una perspectiva a medio camino entre el cine social y el thriller psicológico, logrando lo mejor de ambos mundos y situándose entre las películas más destacadas de la temporada.
Custodia compartida (Jusqu’à la garde), opera prima de Xavier Legrand
Estamos ante una perfecta muestra de que, aunque todas las historias están contadas, es la forma de contarlas lo que las hace diferentes y personales. Reducido a un par de líneas o a un tuit, el argumento de Custodia compartida podría parecer indistinguible del de un telefilm de sobremesa de fin de semana. Sin embargo, Xavier Legrand sitúa la historia en la intersección entre el cine de autor y el de género, o de manera más específica en la frontera entre el cine social y el thriller; por citar referencias francófonas, estaríamos una película de Chabrol con influencia de los hermanos Dardenne.
Apartándose de los clichés del cine hollywoodiense, el director y guionista introduce la historia a través de una larga secuencia de vista previa judicial en la que nos presenta con maneras casi de docudrama las dos versiones de una separación matrimonial evidentemente conflictiva y dolorosa. La evolución posterior de la historia nos ira introduciendo en territorio de suspense cuando vayamos sabiendo más de la personalidad obsesiva de uno de los cónyuges hasta llegar a un desenlace al que se le podría reprochar su convencionalidad si no fuera porque nunca deja de estar contado bajo una perspectiva muy realista, apartando la sensación de lugar común que sin duda habría dado un título con un enfoque más comercial.
Gracias a este enfoque influenciado por el cine de autor y social, Legrand consigue una introspección en la psicología de los personajes que le permite transmitir a la perfección la angustia provocada por una situación de abuso y acoso sin tener que mostrar violencia física. Su compromiso se muestra además especialmente al poner en su lugar a los niños como principales víctimas de la violencia en el entorno familiar cuando, en lugar de sentirse protegidos por los adultos, tienen que asumir una responsabilidad que no les corresponde de proteger a la víctima y sufrir para ello.
Ganadora del León de Plata en el último festival de Venecia, esta ópera prima es la primera gran oportunidad que el cine le da al hasta ahora actor secundario Denis Menochet; probablemente tendrá su lugar en los próximos premios Cesar franceses y se intuye desde ya como una de las películas destacadas del cine europeo de este año.