Encaminándonos al final de la primera temporada de Mindhunter, esta vez toca analizar un poco qué nos depara la serie en su octavo episodio, en el que ya podemos adelantar que vemos a nuestro protagonista predilecto Ford más solo que nunca. El recap del capítulo anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Holden Ford
Hemos visto a Holden hablar con mucha gente: con Debbie en un bar, con asesinos en serie, con Bill (menos). Pero no pensábamos que lo íbamos a ver dando una charla en un colegio a unos chavales que se estarán preguntando de dónde ha salido este tío y qué me está contando de que si conozco a alguien que trata mal a los animales.
Ford trata de aplicar como sea lo que están aprendiendo en las charlas con asesinos, intentando buscarle a la investigación una meta más práctica que académica. Pero comunicarse con los estudiantes le está costando más de lo habitual, debido en parte a las indicaciones del director de la escuela Roger Wade (Marc Kudisch). No deja a Holden utilizar palabras como “piromanía”, por las que pueden preguntar sus alumnos. Me imagino el nombre de la charla: “¿Es tu compañero de comba un asesino en serie en potencia?”
La charla termina satisfactoriamente, aunque el público no parece especialmente entusiasmado con el tema. Sin embargo, a la salida, una profesora del colegio se acerca a Ford buscando consejo sobre otro tema bien distinto. Janet Ebner (Suzanne Hevner) está preocupada por ciertos hábitos del director Wade para con sus alumnos: cosquillas. Y no solo cosquillas, sino también pequeñas sumas de dinero por las cuales los padres se están quejando. Es su método de regañar, un método muy creepy.
El caso es que Holden ve allí el inicio de algo mucho más grave, y cierta analogía con comportamientos tempranos de alguno de sus entrevistados. En solitario y por su cuenta, entrevista a algunos profesores y padres al respecto, junto a un nuevo integrante del equipo, Gregg Smith (Joe Tuttle). Sí, de acuerdo a Shepard es perfecto para el grupo, y acompaña a Ford este episodio.
Nuestra simpatía para con Gregg, sin embargo, termina pronto cuando dice que se encuentra al jefe y saca a relucir la pequeña misión de Holden sobre el director de colegio, lo que enfurece a Shepard y le insta a dejarla estar. Como ya hemos dicho, Ford buscaba de alguna manera una aplicación casi predictiva de la investigación que lleva el equipo, pero no le dejan. Ni Tench ni Carr apoyaban tampoco sus intenciones, así que tendrá que volver a las entrevistas, por ahora.
Debbie
Como apuntábamos, Holden se pasa el episodio en solitario (pero no más que Wendy, que vuelve a bajarle comida al gato misterioso). Viaja solo Ford a entrevistar a Brudos, que dice que echa de menos allí a Bill y se suelta la lengua y habla de lo lindo sobre los crímenes por los que fue condenado, eso sí, en tercera persona. Como si aquello no fuese con él.
La sorpresa del capítulo, sin embargo, ha venido de la mano de Debbie. Su personaje nunca ha despertado nuestro interés, y ahora menos. Su relación con Ford lleva siendo muy rara dos episodios o así, y de repente aparece este Patrick (Joshua Wills), que es el que está haciendo un trabajo con ella y que le lleva a casa en coche porque el suyo no funciona.
Holden sospecha, y nos parece fatal, pero lleva razón: el agente se presenta en un proyecto artístico en el que participa su novia (una cosa muy rara de gente a oscuras y micrófonos), y allí en un segundo de luz descubre a Debbie muy pegada, en plan no-solo-compañeros pegada, a Patrick. Sale de allí disparado, y Debbie trata de alcanzarle pero no demasiado. ¿Cómo afectará esto Ford? ¿Acabará su relación con Debbie?
Última actualización: 16/05/2020