La película más distinta y arriesgada de Christopher Nolan. ‘Dunkerque‘ lleva al espectador hasta el instinto más básico de supervivencia. Una experiencia inmersiva que refleja el miedo y la angustia que hay en medio de un conflicto bélico.
En el ojo del huracán
Ya lo dijo Napoleón Bonaparte: “La historia es la versión de los acontecimiento pasados que la gente ha decidido adoptar”. Tres años han pasado desde que Christopher Nolan dirigiese ‘Interstellar’, una de sus películas más prolijas hasta el momento. El cineasta inglés da un giro radical con su última propuesta, ‘Dunkerque’, con la que olvida complejos giros de guion pero con la que se concentra en una propuesta bélica de inmersión excepcional.
Año 1940, Francia acaba de claudicar frente al ejército alemán, los aliados deben huir del país y refugiarse en el Reino Unido, único bastión que quedar haciéndole frente a la Alemania de Hitler. Los soldados británicos, franceses y belgas han quedado cautivos en la costa norte del país galo. Las playas de Dunkerque se han convertido en el cobijo de los soldados aliados, que necesitan escapar. Es por eso que se lleva a cabo la Operación Dinamo, con la que el gobierno británico, la marina y embarcaciones civiles harán todo lo posible por traer a los valientes reclutas aliados. El tiempo corre en su contra y los nazis acechan.
Combate desde tierra, mar y aire
A diferencia de anteriores filmes, como ‘Origen’ o ‘Interstellar’, Nolan apuesta por una acertada austeridad en cuestión de guion, puesto que su libreto va hacia lo más básico: El instinto de supervivencia. Sin duda, una decisión arriesgada con la que el cineasta acierta, puesto que ‘Dunkerque’ es una auténtica experiencia inmersiva de un conflicto bélico. No obstante, aunque Nolan prescinda de complejos juegos de guion, no lo hace respecto a la cuestión del tiempo.
El tiempo queda fragmentado en tres relatos que marcan tres líneas temporales paralelas distintas, así como tres experiencias visuales diferentes. Por un lado se muestra lo que ocurre en una semana, un día y una hora y, por otro, están las tres perspectivas: Tierra, mar y aire. Con esos tres enfoques, el director rompe la línea narrativa provocando una auténtica experiencia audiovisual bélica que, sin duda, le da el toque diferente a un género acostumbrado a las grandes coreografías de disparos, muertos y fuego.
Cierto es que la ausencia de un guion complejo ha provocado que haya más de un seguidor decepcionado y cierto público escéptico con la propuesta. Sin embargo, el director evidencia que una buena película no tiene que tener un guion excesivamente enrevesado, sino lo suficientemente coherente para poder llevar la trama a un terreno completamente diferente. ‘Dunkerque’ gana gracias a un poderío visual excepcional, propio del realizador. No sólo ello, la cinta se convierte en una auténtica maravilla auditiva gracias a una intensa banda sonora, obra del infalible Hans Zimmer, como también un ensamblaje de mezcla y edición de sonido perfecto.
Una de las películas más arriesgadas de Christopher Nolan
Ante una obra así, no se puede decir mucho de los actores, que se convierten en meras comparsas de los bombardeos, el hundimiento de un barco o la arbitrariedad con la que la muerte llama a la puerta de los personajes. Esa forma aséptica y distante, con la que se carece de cualquier ejercicio de empatía, es, tristemente, el más acertado retrato de la guerra: Que deshumaniza a sus soldados, aquellas personas que se convierten en un simple número, un nombre en una lista de bajas.
Con cierto toque propagandístico, casi imposible de evitar en una película bélica, ‘Dunkerque’ se convierte en la película más arriesgada de Christopher Nolan. Todo un acierto que cambia aquellos ejercicios de soberbia narrativa como fueron las ya citadas ‘Interstellar’ u ‘Origen’ para traer las sensaciones de angustia y deseos de supervivencia más básico e irracionales del ser humano. Quizás no sea esa gran obra maestra que todo el mundo espera, pero sí se está ante uno de sus filmes más diferentes y arriesgados.