Lo que prometía ser una desternillante parodia sobre las presentaciones en familia se convierte en una sucesión de chistes fáciles y escatalógicos que van perdiendo gracias conforme va pasando la trama. Sus actores están desaprovechados.
Una reunión familia demasiado vista
Sin duda, a John Hamburg le encantan los líos familiares. Fue el encargado de escribir los guiones de ‘Los padres de ella’ y sus secuelas. Tras la estupenda ‘Te quiero, tío’, el guionista vuelve a ponerse en la silla del director con ‘¿Tenía que ser él?’, en la que los papeles de suegro y yerno corren a cargo de Bryan Cranston y James Franco, este último en su versión más irreverente y zafia.
Ned es un hombre de negocios hecho a la antigua usanza, regenta una de las imprentas más importantes del estado y vive feliz con su esposa, Barb, y su hijo de 15 años, Scotty, mientras su hija mayor Stephanie, de 22 años, estudia en la Universidad de Stanford. Todo parece ideal, hasta que la familia va a conocer al novio de Stephanie, Laird, un hombre 11 años mayor que ella y que es multimillonario gracias al éxito de sus empresas de Internet. Eso sería ideal si no fuese porque Laird tiene una personalidad vulgar, zafia y sin ningún tipo de filtro.
Chistes fáciles y una trama muy predecible
La película muestra sus intenciones rápidamente, dejando al público momentos desternillantes casi desde el inicio. Por ese lado, Hamburg muestra su experiencia en este tipo de humor, poniendo toda la carne en el asador desde el primer momento. Los personajes están bien retratados desde el inicio, de hecho, provocan que esté al mismo nivel de la recordada ‘Los padres de ella’.
Sin embargo, tras las presentaciones, lo que debería ser una sucesión de nuevos chistes y situaciones se convierte en una reiteración de los anteriores, dejando momentos predecibles que hacen que, pese a resultar cafres y obscenos, pierdan todo tipo de gracia, además de llegar a niveles que van más allá de lo escatológico. Hay que señalar lo desaprovechado que está Cranston en un papel que parece un copia-pega del de Robert De Niro en la ya mencionada saga ‘Fockers’. El actor tiene algunos momentos de humor, véase la escena del baño que hace que se rememore ‘Malcolm’, sin embargo, está demasiado encorsetado en el papel de viejo carca, algo que hace que la cinta pierda fuelle.
James Franco haciendo de James Franco en ¿Tenía que ser él?
Eso sin mencionar que James Franco no actúa, sino que hace de sí mismo. Su personaje es completamente odioso, imposible entenderle como supuesto carismático tunante. Cierto, sus personajes secundarios salvan la función, pero eso no es suficiente para, además, ver que su mensaje es mucho más conservador de lo que se veía al inicio, dejando los tatuajes del actor de ‘The Interview’ como meros artificios para demostrar que lo único, y lo más, importante en una persona es tener una familia.
‘¿Tenía que ser él?’ se aleja de ‘Los padres de él’ y ‘Te quiero, tío’ para acercarse a ‘Y entonces llegó ella’ u olvidables comedias del año pasado como ‘Hermanísimas’ o ‘Las apariencias engañan’. Completamente prescindible.
Tráiler de ¿Tenía que ser él? en Castellano