Garth Davis crea una película llena de buenas intenciones, con un mensaje reivindicativo y feminista en clave religioso, pero excesivamente lento, reiterativo en su mensaje y con varios errores de casting pese a los loables intentos de sus actores en defender sus personajes. Demasiado ambiciosa.
María Magdalena, la apóstol a la que la historia silenció
Pocas figuras bíblicas han generado tanta controversia y misterio como María Magdalena. La discípula de Jesucristo es, tras la Virgen María, la mujer que más es nombrada en los evangelios del Nuevo Testamento. Su vida es casi un misterio, para la Iglesia Católica fue durante mucho tiempo “una penitente”, para la Iglesia Ortodoxa nunca fue una penitente, siendo separada de la imagen de la “mujer pecaminosa” y María de Betania, mientras que para las iglesias protestantes fue otra discípula y ejemplo de arrepentimiento. Aprovechando esas incógnitas, Garth Davis, director de la aplaudida ‘Lion’, dirige ‘María Magdalena’, un relato en el que quiere reivindicar en clave feminista a la famosa discípula de Jesús.
María de Magdala es una mujer oprimida, que busca una forma de vida diferente. Condenada al ser tildada de pecadora por ser mujer y querer ser libre, encontrará consuelo en un hombre llamado Jesús, que predica a los marginados, a los que tienen fe, a los humildes y que rechaza a los fariseos. En ese nuevo movimiento, el que se hace llamar Mesías verá en ella a su más convencida discípula, aquella que se ve capaz de llevar la palabra de Dios a la Humanidad, causando recelo entre los apóstoles, como Pedro o Judas Iscariote.
Llena de buenas intenciones pero propagandística y maniquea
Aunque Davis debutó con un trabajo más que loable con ‘Lion’, su segundo proyecto es más ambicioso y arriesgado, con resultados dispares. María Magdalena es una figura bíblica poco estudiada y documentada. De hecho, en la memoria colectiva sigue relacionándosela con la “mujer pecadora” y tildándola de prostituta, pese que la Iglesia Católica en 1969 haya dejado de considerársela como “penitente”. Dada esa laguna histórica, las guionistas de la cinta, Helen Edmundson y Philippa Goslett, crean una versión descontextualizada y muy propia del feminismo de estos últimos tiempos, queriendo revisar desde un punto de vista poco histórico, la figura de María Magdalena y poniéndola al mismo nivel que los 12 apóstoles, queriendo derribar “la versión oficial”. Eso sí, creando una imagen propia de una santa, mostrando una Magdalena pura, valiente y llena de entereza, que se gana la admiración de Jesucristo, que ve en ella al verdadero apóstol que busca. No tiene defectos, solo la opresión que vive.
El filme acierta en no querer relacionar amorosamente a Jesús y María Magdalena, creando una especie de relación platónica en la que se aprecian admiración mutua, como la que se supone que tuvo Jesucristo con su “discípulo más amado”, el apóstol Juan, que queda relegado en un discreto segundo plano, porque en esta versión buenista de la historia de la discípula de Cristo, Pedro, por ejemplo, es retratado acorde a estos tiempos, inseguro, envidioso y negro, para que las minorías raciales se vean identificadas (Chiwetel Ejiofor hace lo que puede, pero no puede resolver este error de casting). Otro apunte, por cierto, aunque Mara y Phoenix defiendan sus personajes, tampoco son creíbles como María Magdalena y Jesucristo, ya que no aparentan provenir de Oriente Próximo ninguno de los dos. Quizás el personaje más interesante, además de María Magdalena y Jesús, sea el de Judas Iscariote, interpretado por el francés Tahar Rahim, un traidor lleno de matices, alejado de la clásica imagen maniquea, cuya devoción le lleva a cometer el más trágico de los errores.
Un filme con errores garrafales de casting
Rooney Mara está estupenda en su papel de mujer reivindicativa en tiempos de Jesús, igual que Joaquín Phoenix, aunque el personaje no le asienta para nada, ya que parece ser un hombre atormentado, cuando debe tratarse de alguien excepcional. Sin embargo, ni sus interpretaciones, ni la estupenda ambientación realista de la cinta logran que ‘María Magdalena’ no sea más que un filme de corte propagandístico y no muy diferente a esas propuestas hechas por estudios de cine religiosos estadounidenses, solo que cambiando la clase de catequesis por una de una especie de feminismo idealizado, obviando las duras condiciones de la mujer en ese momento. Sí, se ven escenas sobre el dominio imperante del hombre, pero estas parecen más de una película de mediados del siglo XX que de tiempos de Cristo. Y, que conste, que no es por su intención innovadora, carente de controversia, ya que cintas como ‘La última tentación de Cristo‘ de Martin Scorsese o ‘El evangelio según San Mateo‘ de Pier Paolo Pasolini fueron obras maestras.
Evidentemente, sus buenas intenciones hacen que no sea una película ofensiva, como tampoco mala, lo que hace a ‘María Magdalena’ una propuesta fallida, es una segunda parte excesivamente lenta, que repite y recalca su mensaje primario, ella fue “la verdadera apóstol”, no ofreciendo más que escenas reiterativas. Quizás Garth Davis ha pecado de ambicioso o quizás el filme es una muestra más del afán revisionista de este presente, cada vez más polarizado y políticamente correcto, quién sabe. Lo cierto es que se está ante una de las películas más frías y aburridas sobre la figura de esta importante discípula de Cristo.
Tráiler en español de ‘María Magdalena‘