Zack Snyder aceptó el increíble reto de juntar a dos de los más icónicos superhéroes no sólo de DC Comics sino de la cultura pop en general. No es precisamente una tarea fácil, ambos personajes tienen un recorrido cinematográfico y televisivo con varios puntos de vista y sellos de autor. La fusión de estos dos caracteres no era nada fácil, y eso queda en evidencia en ‘Batman v Superman: El amanecer de la Justicia’.
Tras la lucha entre el Hombre de Acero y el General Zod, que dejó prácticamente Metrópolis destruida, el mundo se pregunta hasta qué punto Superman debe tener libertad para actuar, dada su fuerza. Una cuestión que también plantea el Caballero Oscuro, puesto que fue testigo directo de la destrucción de Metrópolis. Este hecho provocará que Batman vea no sólo a Gotham, sino también a la humanidad amenazada. Las dos formas de entender lo que es un héroe provocarán un fuerte enfrentamiento entre Bruce Wayne y Clark Kent, entre Batman y Superman. Además, habrá una amenaza que ponga al mundo en peligro y que será clave para acercar posturas y unirse con un objetivo común.
Inspirada en la novela gráfica ‘The Dark Knight Rises’ de Frank Miller, Snyder vuelve a cometer los errores que tuvo en ‘Watchmen’ y en ‘El hombre de acero’. Del primer caso, el tenerle más que respeto, miedo a la obra que adapta y, en pos de querer darle fidelidad a ciertas escenas del cómic, perder una coherencia cinematográfica. Del segundo caso, el estar bajo las alas de Christopher Nolan. Snyder ha perdido su propia esencia para convertirse en un “pseudo-Nolan” y falló en darle una intensidad innecesaria al personaje de Superman, que está alejado de los arquetipos de Batman.
Ambos fallos son los que provocan que este enfrentamiento, que debería ser épico, quede deslucido por una falta de buena dirección y de buen guión. A ver, nadie pone en duda la magnificencia del Caballero Oscuro de Nolan, pero el problema que resulta de esto es que Warner y DC Comics no han querido crear una nueva visión, sino continuar con una que es completamente personal y que en manos de otro resulta impostada y falsa. Ejemplo de ello es David S. Goyer, que firmó el guión de la trilogía de Nolan y que está también detrás de ‘El hombre de acero’ y de ‘Batman v Superman’.
Con lo cual, el resultado es una obra extremadamente larga en su duración, con unos personajes mal perfilados (especialmente el caso de Superman, con el que es imposible tener algún tipo de empatía) y un exceso de tramas que, en su forma de resolverlas, resulta incoherente. Ha abarcado demasiados temas y ninguno de manera satisfactoria. Snyder ha querido darles un trasfondo e intensidad innecesarios. Ha dejado en evidencia su falta de interés en crear una trama que friccione, que dé dos puntos de vista, centrándose en darle un nuevo (aunque artificioso y continuado) perfil a Batman, para preparar un reboot. Eso sin contar que también tenía que ser una piedra angular en la creación de un universo cinematográfico, que promete ser igual de “intenso”.
Los actores cumplen como medianamente pueden, Henry Cavill sigue demostrando que tiene el físico de Superman pero le falta la credibilidad interpretativa para ello; Ben Affleck está a la altura de Christian Bale pero no puede lucirse debido a un guión limitado; Gal Gadot, lo mejor dado su brevedad. Lo que sí fue un error total es Jesse Eisenberg, que retrata a un Lex Luthor exagerado, más cercano al carácter del Joker, y completamente falso. El actor parece más bien mostrar una parte de sí mismo que de su personaje. También deja en evidencia que Snyder ha querido crear situaciones semejantes de las de la trilogía de ‘El caballero oscuro’ con un personaje psicópata que quiere crear el caos.
Cierto es que el público va a querer tener esa sensación de trascendencia gracias a la trilogía Nolan, pero esa no era la fórmula, al menos que se sea Nolan, cosa que no era el caso.
Así que, ‘Batman v Superman: El amanecer de la Justicia’ evidencia que Warner y DC Comics necesitan desligarse de esa marca de autor megalómano, el cual tuvo su momento de gloria pero que ahora lastra a sus obras, que ya de por sí tienen la sombra del patrón Marvel, que parece funcionar y que se prevé que sea el que reine durante esta etapa de adaptaciones de superhéroes. Una lástima. Sin embargo, parece que la fórmula convence, al menos para el público, que es al fin y al cabo el que tiene la última palabra. Con lo cual, a todo aquel amante de la intensidad entremezclada con la acción, querrá y bendecirá la película.