Los Hollar es una pequeña comedia dramática que presenta temas de interés como las relaciones entre padres e hijos, el amor en la madurez o la enfermedad. Peca de falta de ideas en lo visual aunque las compensa gracias a la buena labor de sus actores, en especial Jenkins y Martindale.
John Krasinski, director y protagonista de Los Hollar, es conocido por su carrera como interprete en The Office (versión USA). También ha intentado hacer sus pinitos en el cine de gran presupuesto con 13 Horas: Los soldados secretos de Bengasi, de Michael Bay. Pero su película más destacada en cine hasta ahora fue una pequeña road movie que Sam Mendes (American Beauty) dirigió en 2009 con el título de Un lugar dónde quedarse. Si en aquella se exploraba el viaje de una pareja de treinteañeros para encontrar un lugar en el que establecerse de cara al inminente nacimiento de su primer hijo, en Los Hollar parecería que nos encontramos con esa misma pareja cuarenta años después.
Narrada con una falta de pulso y planitud por parte de Krasinski que constituye sin duda su gran losa, Los Hollar tiene a pesar de todo momentos de emoción y de verdad que, camuflados bajo el paraguas de la comedia, dejan en el espectador un poso de amargura. La enfermedad, el amor de pareja cuando el paso del tiempo ha sustituido la pasión por el cariño, y las relaciones paterno-filiales, son los ejes sobre los que Krasinski ha construido una cinta que se ve con agrado a pesar de provocar cierta sensación de déjà vu por la previsibilidad de algunas de las tramas.
Richard Jenkins y Margo Martindale destacan sobre el resto del reparto de Los Hollar
Lo más destacable de Los Hollars es su reparto, en el que destacan con luz propia Richard Jenkins —el inolvidable patriarca de A dos metros bajo tierra— y Margo Martindale, grandísima actriz con una amplia carrera que hasta ahora ha sido más reconocida en televisión, donde ha ganado tres Emmys ya por The Americans y Justified. Ambos construyen los momentos más emotivos de la película. Jenkins demostrando siempre su capacidad para dotar de carisma y bonhomía a sus papeles metiéndose en la piel del abnegado y enamorado marido. Martindale no se queda atrás, con su papel de madre coraje que lleva la enfermedad por dentro para que su papel de pilar de la familia no se tambaleé mientras prepara a los suyos, con sutileza y humor negro, para que se cuiden unos a otros si algún día no está.
Frente a la trama de los padres, el intento de análisis de la crisis de la llegada a la madurez y los complejos de inferioridad y tensiones entre hermanos que constituyen la otra parte de Los Hollar palidecen. Entre otras cosas por el trabajo de Kransinski, que hubiera hecho bien en centrarse en su labor tras las cámaras y cederle su papel a otro interprete. Solo Anna Kendrick (Up in the Air) sabe dotar de verdad a su papel en la parte joven del elenco.
Gustará a los amantes de las historias pequeñas de personajes. Lástima que la labor como director de Krasinski la asemeje más a un capítulo de una serie de HBO que a una película para el cine. Y es que Sam Mendes, Richard Linklater o Jason Reitman, de cuyo cine se nota que ha tomado referencias Los Hollar, están por encima de esta comedia dramática que, a pesar de sus peros, se ve bien y deja un par de apuntes interesantes con los que el espectador podrá salir de la sala con buen sabor de boca, que ya es algo.
Tráiler de Los Hollar en Español