Hace poco comentó Steven Spielberg que el cine de superhéroes tendrá un sino similar al del western. Esas declaraciones tan duras, y con cierto resquemor, daban a entender que el cine de vaqueros forma parte de un pasado glorioso. Tommy Lee Jones desde que en 1995 dirigiese el telefilme ‘Viejos muchachos’ ha demostrado su predilección por un género difícil de lanzar adelante. Ya en 2005 demostró su buena factura con ‘Los tres entierros de Melquiades Estrada’. Ahora, proveniente de Cannes, llega ‘Deuda de honor’ un western que desprende cierta aura de melancolía.
Mary Bee es una mujer de un pequeño pueblo del Oeste profundo. Debido a su aspecto poco atractivo, la joven no ha encontrado un marido que desee desposarse con ella. Destinada a convertirse en una solterona, su alma llena de bondad y amor hacia el prójimo hace que decida embarcarse en una importante misión: Llevar a tres mujeres del pueblo que han enloquecido a una villa cercana donde una asociación se encargará de devolverlas con sus familias. En tal empresa le acompañará un hombre que ha estado a punto de ser ajusticiado por los ciudadanos del pueblo.
Tommy Lee Jones ha vivido esa época anterior, en la que las cintas de vaqueros eran lo más deseado del mundo. Una virilidad sobrevalorada que hizo de John Wayne una de sus más importantes figuras. Sin embargo, el paso del tiempo provocó que este género derive en algo semejante a las producciones de época que tan bien saben hacer los realizadores británicos. ‘Deuda de honor’ tiene un enfoque extrañamente femenino. Hilary Swank es una figura incómoda para el amante del género.
Despreciada por su supuesta falta de belleza, la desesperación que tiene para encontrar un buen marido es uno de los aspectos de una época que no fue tan brillante. La mujer en el Oeste no era nada sino tenía al lado suyo un hombre. Y esa imagen masculina no tiene que ser precisamente positiva, un ejemplo son las tres mujeres que deben ser llevadas de vuelta con sus familiares, cual objeto defectuoso se tratase.
Una crítica al hombre de la época que Jones sabe mostrar gracias a ese excelente elenco de actrices. Swank demuestra que cuando sabe elegir sus papeles, logra derrochar todo ese talento que tiene como actriz. A su lado, aunque de manera más discreta, está una Miranda Otto que consigue ser una de esas imágenes de mujer perdida, avocada a la desgracia. Junta a esas féminas un Tommy Lee Jones perdedor, borracho, libre de ataduras. Una imagen que recuerda a la de Jeff Bridges en ‘Valor de ley’ de los Hermanos Coen, otra obra maestra contemporánea del género. Y en ambas historias está Hailee Steinfeld, una joven actriz que ha sabido elegir sus papeles. Esta intérprete resume lo vivido durante un viaje donde se puede ver lo árido del ser humano, lo despreciable que puede llegar a ser una sociedad marcada por el patriarcalismo.
Con un final que empaña algo su estupenda ejecución, ‘Deuda de honor’ tiene el aura del western clásico entremezclado con una sensación de melancolía y cierta crítica social. Con una banda sonora y fotografía estupenda, el elenco y el máximo detalle del director muestran cómo el western no ha muerto y, es más, ahora puede ser cine de época con un prestigio que ya desearían otros dramas más oscarizables tener. Si el cine de superhéroe finaliza de esta forma, bienvenido sea.
3.5 / 5