Ridley Scott recupera la esencia de ‘Alien, el octavo pasajero‘. Sin embargo, se queda muy lejos de aquella obra maestra de 1979, como también de la épica dirigida en 1986 por James Cameron. Eso sí, supera con creces a ‘Prometheus‘.
Regreso a la fuente original
Ridley Scott continúa con su personal reflexión sobre la saga Alien en forma de precuelas. Tras la irregular ‘Prometheus’, el cineasta trae ‘Alien: Covenant’, que se traslada 15 años después de lo sucedido en la primera película. Protagonizada por Michael Fassbender, Katherine Waterston y Billy Crudup.
Año 2104, la tripulación de la nave colonizadora Covenant se dirige a un planeta llamado Origae-6. A bordo se encuentran unos 2.000 colonos y mil embriones a bordo que están supervisados por un androide llamado Walter, muy similar al antiguo androide David de la nave Prometheus. Durante el trayecto, una onda de choque daña gravemente la nave, matando al capitán y despertando a la tripulación. En ese momento, llega una señal humana desde un planeta, aparentemente, deshabitado. En contra de la decisión de la experta Daniels, el primer oficial Oram decide investigar y llegan a un planeta inexplorado que parece un paraíso. Sin embargo, ese lugar no será tan atrayente como parecía ser.
Mejor que ‘Prometheus‘, lejos aún de ‘Alien, el octavo pasajero‘
Si algo se le echa en cara a ‘Prometheus’ es su excesiva pesadumbre y su fuerte carga pseudo-filosófica. En ese sentido, Scott reduce notablemente esas reflexiones, aunque no las omite del todo, citando a Lord Byron y convirtiendo la película es una especie de metáfora de ‘Frankenstein’ de Mary Shelley. Quizás ahí reside el principal pero, el director desea convertir la saga ‘Alien’ en una meditación sobre la propia existencia humana. Eso es lo que falla de una saga que, originalmente, no se planteaba esos pensamientos existenciales y que construyó primero un relato sobre un aterrador visitante al más puro estilo de ‘Diez negritos’ de Agatha Christie y posteriormente una brutal lucha épica en su segunda entrega.
Scott retoma la sensación de opresión y angustia del ‘Alien’ original pero entremezclándolo con la reflexión filosófica de ‘Prometheus’, lo que hace supere con creces a su predecesora pero que siga quedándose a mucha distancia de las dos primeras películas de la franquicia. Sí, puede servir como entretenimiento para los fans de los seguidores, más que de Christopher Nolan, del “nolanismo”, o sea, aquellos cineastas que no saben reproducir la esencia propia del realizador de ‘Origen’.
Michael Fassbender y el antepasado del Xenomorfo salvan la película
Dicho esto, ‘Alien: Covenant’ no es una mala película. Los actores funcionan, especialmente Katherine Waterston y Billy Crudup, que son los principales motores de esta nueva expedición y cuyos personajes son los que están realmente dotados de trasfondo, siendo el resto meros accesorios. Mención aparte para Michael Fassbender. No solo es el motor de la expedición, es el alma de la película. De hecho, sin la habilidad del actor alemán, la película se hubiese caído. Maravilloso en su doble papel de Walter y David, un hipnótico juego de espejo, un doppelgänger único de la ciencia ficción.
La película es correcta y se deja ver, que es lo importante, se alaba el que Scott haya decidido incluir más escenas de violencia y terror explícito como también la aparición del “Protomorfo”, una especie de antiguo Xenomorfo que será el principal causante del horror de esta nueva expedición. No obstante, aquél que desee ver algo similar a ‘Alien, el octavo pasajero’ o ‘Aliens: El regreso’, se abstenga.
Tráiler español de ‘Alien: Covenant‘
