Una vez más Velvet vuelve a brillar la noche de los jueves en Antena 3. Esta semana, la serie protagonizada por Miguel Ángel Silvestre y Paula Echevarría ha logrado batir su récord de espectadores con un total de 3.221.000 personas viendo el nuevo capítulo y un share del 18,6%, subiendo respecto al anterior episodio y por tercera semana consecutiva.
En este noveno capítulo de la tercera temporada de Velvet titulado “Golpe de efecto”, Ana sufrirá las consecuencias de la humillación en la presentación de la colección. Por su parte, Alberto descubrirá un gran secreto que le llevará a tomar una importante decisión. Mientras tanto, Cristina verá peligrar su embarazo y Mateo volverá a reunirse con Michelle, su primer amor. Además, Patricia y Valentín comienzan con los preparativos de su boda. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo
Enfadado por lo ocurrido con Ana, Alberto espera en su despacho a Cristina para reprocharle que haya actuado de una forma tan rastrera y vengativa. Además, le deja claro a Cristina que Ana siempre será el único amor de su vida, aunque vaya a tener un hijo con ella. Furiosa por lo que acaba de escuchar, Cristina se altera de tal forma que provoca que su embarazo corra peligro.
Alberto acompaña a Cristina al hospital, donde espera noticias sobre el bebé. El médico le confirma que un desplazamiento en la placenta ha provocado el sangrado pero el feto sigue bien aunque Cristina necesitará reposo. No obstante, gracias a este altercado, Alberto descubre que su ex mujer sólo está embarazada de tres meses, por lo que es imposible que ese bebé sea suyo, él no es el padre.
Más cabreado que nunca, Alberto vuelve a reprocharle a Cristina su actitud tan cruel, a lo que la mujer se defiende argumentando que todo lo hizo por conservar el matrimonio, por no perderle porque ella sí que le ama a él. Al final, tras una dura conversación y muchos reproches de por medio, ambos declaran que desearían que jamás se hubieran conocido.
Al día siguiente, al leer el periódico como cada mañana, todos descubren que la portada está dedicada a la verdad sobre el matrimonio de Alberto y Cristina: “Cristina Otegui espera un hijo de otro hombre”. Ya no sólo Alberto ha descubierto la verdad sobre su embarazo, ahora también se ha enterado todo el mundo y Ana dejará de ser el centro de atención para que Cristina reciba todas las críticas negativas y el desprecio de la alta sociedad a la que pertenece. ¿Cómo actuará Cristina para limpiar su nombre? ¿Qué hará Víctor ahora que sabe que él puede ser el verdadero padre?
Volver a resurgir de las cenizas
Después de haber sido humillada públicamente durante la presentación de la nueva colección de Raúl De la Riva y Phillipe Ray, Ana decide olvidarse de su carrera como diseñadora y opta por regresar a su antiguo puesto como modista. A pesar de los continuos ánimos de sus compañeros y especialmente de Rául, que le insiste para que no tire todo el trabajo por la borda, Ana piensa que sólo ha conseguido ser la comidilla de la ciudad y no logrará nunca que le valoren por su trabajo.
Dispuestos a no permitir que Ana se rinda y para intentar animarla, sus amigos le preparan una sorpresa en la que su tío don Emilio aprovecha para darle una muñeca vestida con uno de los trajes que Ana diseñó, en concreto, se trata del primer modelo que Phillipe Ray creó. El pequeño detalle consigue que Ana comience a llorar y salga corriendo de la fiesta ante la atónita mirada de su familia y amigos.
Sin embargo, Alberto no está dispuesto a que la carrera profesional del amor de su vida termine antes de haber comenzado y menos por su culpa. Con la intención de ayudar a Ana, Alberto contacta con Enzo Cafiero para distribuir los diseños internacionalmente, pero Cafiero prefiere comprar Velvet, dejando sólo tres días para que Alberto decida si vende o no. Para ello, Alberto tendría que convertirse en el máximo accionista de las galerías y, además, esta decisión supondría también su marcha del negocio familiar pero ¿sería para siempre o regresaría cuando las aguas se hayan calmado?
El primer amor nunca se olvida
La repentina muerte del tío de Clara y Rita obliga a Clara a marcharse al pueblo para asistir al entierro y reparto de la herencia. Aprovechando la ausencia de su chica, Mateo vuelve a reunirse con Michelle, la primera mujer de la que se enamoró, para que le ayude a que todo el mundo conozca la verdadera historia de amor entre Ana y Alberto y ayudar así a que su amigo vuelva a ser feliz y a que Ana consiga el reconocimiento como diseñadora.
Sin embargo, aunque la historia resulta increíble y apasionante, la periodista no acepta la propuesta de Mateo y se niega en rotundo a publicarla, lo que provoca que ambos comiencen a discutir y salgan al descubierto viejas heridas del pasado. El rencor de Mateo hacia Michelle es evidente pero la mujer le frena rápidamente explicándole que su relación jamás habría funcionado.
Que comience el espectáculo
Tras aceptar casarse con Valentín con tal de asegurar su futuro, Patricia comienza los preparativos de su gran boda, pero lo que debía ser una actividad agradable se convierte en todo un sufrimiento gracias a su “adorable” suegra. Carmen, la conservadora madre de Valentín, no hace más que poner pegas a cada decisión de la joven, todo por guardar la imagen de la familia Alcocer y para asegurarse de ofrecerle lo mejor a su hijo.
Tanta presión provoca que Patricia no pueda más y rompa a llorar, desahogándose en brazos de Jonás, el único capaz de hacerle olvidar sus penas. Aunque el joven le reprocha que de cara al público le trata de una forma detestable, el chico no duda en consolarla y recordarle que es una mujer maravillosa, terminando la conversación en un apasionado beso. Sin embargo, para desgracia de Patricia, un señor ha capturado el bonito momento. ¿Llegará a enterarse la familia Alcocer del engaño?
Última actualización: 06/11/2015