A punto de terminar temporada, la serie Gotham nos sorprende con un capítulo repleto de drama y malvados y más drama. Azrael fue solo el principio, y abrió un mundo de posibilidades que se materializan con la vuelta a pantalla de un personaje que fue muy importante y que lo vuelve a ser otra vez. El recap del episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
La noticia de la muerte de Azrael ha llegado rápidamente a la prensa, que trata de averiguar si aquel era de verdad el alcalde muerto. Ahora es Bullock el que actúa de capitán de la policía en funciones y se da cuenta de que es un trabajo más duro de lo que aparenta. Gordon le pide ayuda para acabar con Hugo Strange de una vez por todas, pero sin una pista clara sobre la existencia de Indian Hill, no puede hacer nada.
Bruce, por su parte, pide ayuda a Jim para rescatar a Selina. La chica encontró a su amiga Bridget, que intentó flambearla. Ahora se encuentra encerrada con ella, y menos mal que la convence de que toda Diosa del Fuego necesita de un sirviente. Firefly se lo cree, se crece y la contrata a su lado, aun encerradas bajo Arkham (no por mucho tiempo, supongo).
Sin embargo una de las grandes revelaciones se nos desvela al poco de empezar. Strange lleva ya varias resurrecciones en las últimas horas, pero todas fallan en algo: no consigue que el muerto reviva con su memoria intacta, sabiendo quién es y que ha sido en su vida. Como apunta Peabody, siempre tan elocuente, sus empleadores no estarán muy contentos. Así es, vemos a una señora mayor con un antifaz, que es la que tiene contratado a Hugo. Es decir, más malvados.
Con tal de salvar a Selina, Bruce y Lucius entran en Arkham pidiendo una visita guiada, mientras llevan escondido en el maletero a Jim. Lucius se pasea con Peabody por las instalaciones buscando señales de radiación (que tiene que haber si Strange está reviviendo a gente), mientras Bruce tiene una animada conversación sobre su padre con Hugo. Aquello pasa de castaño a oscuro, y él ordena que les capturen a todos (Gordon incluido).
Bruce y Lucius son llevados a una sala de gas, en la que Nygma será el encargado de sonsacarles toda la información posible sobre lo que sabe la policía del lugar. Ed empieza el capítulo encerrado con un caníbal después de su intento de fuga, pero se ofrece a Hugo a ayudar y Strange sabe que, si consiguió descubrir Indian Hill y casi-escapar, puede serle de cierta utilidad.
El caso de Jim es más complicado: Hugo le lleva frente a una de sus últimas creaciones, Basil, un señor que una vez revivido puede ponerse la cara de cualquiera. Tras una operación con una máquina moldeadora, vemos a Basil con la cara de Gordon, lo que seguro que traerá problemas. Por suerte, Alfred acude a Bullock y éste decide que es hora de actuar y moviliza a toda la comisaría.
Mientras, el último intento de Strange de revivir a alguien por completo y en óptimas condiciones da resultado. Y se trata, como no, de Fish Mooney. Ya salió en la red que la actriz volvía esta temporada, y lo hace siendo ella misma y con un traje de malvada de los Power Rangers excepcionalmente favorecedor. Pero cuidado, porque su ADN ha sido alterado y ahora resulta que Fish tiene poderes: toca a uno de los empleados de Indian Hill y le ordena –de broma- que le prepare un sándwich. Y él lo hace, y Mooney se da cuenta de que aquello le puede ser muy muy útil.
Última actualización: 17/05/2016