Pocas series de las que veo, y os puedo asegurar que son unas cuentas, consiguen dejarme pegado a la silla un rato pensando en sus tramas como lo hace Cómo defender a un asesino. Es cierto que cada vez vamos sabiendo más cosas sobre cada muerto y vamos tachando sospechosos de la lista de asesinos, sin embargo, como vimos en el episodio anterior, siempre hay una nueva revelación, una nueva escena que lo cambia todo.
En este frenético capítulo, que aparentemente se centra en Bonnie, la nueva revelación resulta ser Asher, y la posible implicación que pueda tener en los acontecimientos de la noche de la mansión. ¡Alerta spoiler!
Lo correcto
Puede que este sea el mejor episodio de en lo que llevamos de temporada. Y es que tiene de todo. Y voy a empezar por el presente, a tres semanas de la noche de la mansión ya. Asher, junto a su padre, se encuentran en el juzgado: va a contar lo más grande con lo más pequeño e inculpar a todo el mundo por la muerte de Sam.
La cabeza del pobre Asher es un hervidero: cree que Annalise mató a Sam, Bonnie le confesó que había sido ella (y encima después su coartada fue montárselo con él), Frank seguro que está en el ajo y el resto de sus compañeros puede que también, ya que vio el coche de Connor aquella noche en la casa.
Total, su cabeza no puede más y abandona el juicio antes de testificar, y eso que él recibía inmunidad por contarlo. Su trama se va desarrollando a lo largo del capítulo y pronto se presenta en el despacho de Annalise a pedirle explicaciones (ante el asombro de todos, que se dan cuenta de que pueden terminar en la cárcel).
Su profesora ratifica la historia de Bonnie, que asegura que Sam la iba a forzar (al resto también le cuenta que Bonnie se está jugando el tipo por todos ellos, lo que calma algo los ánimos). Aunque Asher la quiere, su padre –y abogado- le traiciona y puede meter en un lío a mucha gente, parece que el joven está dispuesto a hacer lo correcto y testificar.
Al final es Annalise la que tiene que terminar con aquello. Se presenta en casa de Asher y le muestra en su ordenador un vídeo antiguo donde vemos a una niña, Bonnie, siendo acosada por su propio padre. Por supuesto, Asher rompe a llorar y parece también entender un poco la reacción desmedida de Bonnie ante Sam (que recuerdo que no pasó, que ella no fue, y qué sangre fría hay que tener para inventarse esto con esos amargos recuerdos en la memoria). ¿Testificará?
Sexo y amor
El episodio pasado Connor fue protagonista: traicionó a Annalise y todo. Con la posibilidad de entrar a la cárcel, por culpa del testimonio de Asher, resulta ser –sin embargo- el que mejor se lo toma. A base de alcohol. Y sexo. Porque para liberar tensiones les propone al resto del Team Murder hacer una orgía, sobre todo animando a Michaella, cuyo historial sexual ha admitido que es más bien pobre. Como vemos más tarde, Laurel no duda en montárselo con Frank en el sótano, así que al menos una sí que ha hecho caso de sus proposiciones.
Connor lleva otra regañina de Annalise por beber en el trabajo (la verdad es que va un poco agustito), pero tal vez sea porque entiende que ya nada depende de ellos, y que pueden ir para adelante en cualquier momento. Sin embargo, tienen que trabajar: la jueza quiere admitir unas declaraciones de la tía de los hermanos Hapstall que les inculpan, y tanto Connor como Michaella se dirigen a ver a Oliver para que vuelva a colarse en la web de la policía y encuentre algo.
En un momento que Michaella les deja solos, Connor se abre de par en par (metafóricamente hablando). Le confiesa a su novio que puede ir a la cárcel, que no puede contarle más, que es lo más importante de su vida y que le quiere. Connor. Dice. Que. Le. Quiere. Es el momento más bonito de lo que llevamos de temporada, sin duda. Por supuesto, Michaella reaparece de repente para cortarles todo el rollo.
Oliver, por cierto, encuentra parte de un vídeo -que Annalise presenta como prueba- donde la tía dice ciertas perlas racistas sobre sus sobrinos y asegura que no escuchó nada cuando luego aseguró que sí escuchó cosas. Aunque la intención es buena, la jueza está un poco harta de que las pruebas aparezcan en la mesa de Annalise así, por arte de magia. Teniendo en cuenta que la prueba se ha conseguido ilegalmente, decide no admitirla.
Lo que sabe Nate
La relación entre Annalise y Nate se vuelve peliaguda. Ella quiere ser totalmente sincera con él, y le cuenta que su mujer le pidió unas pastillas para matarse. Nate quiere más, y le pide saber qué pasó verdaderamente con Sam. Annalise le cuenta la versión más nueva y más falsa del caso: fue Bonnie y en defensa propia. Y ella la tuvo que proteger y se odia por tener entonces que inculparle a él.
Eso sí, ahora ella vuelve a la carga. Pilló a Nate reunido con Wes, que llega tarde a las reuniones, y que está muy misterioso últimamente. Nate habla, y le cuenta que Wes cree que Rebecca está muerta, y un poco que él también lo cree. Annalise vuelve a mentir, asegurando que ella no ha matado nunca a nadie (bueno, cierto, ella solo ayudó a deshacerse de ambos cuerpos). Annalise tienta a Wes, más tarde, a que le cuente cómo está, cómo se siente. Pero el joven no suelta palabra.
Así que está pasando
Y si no suelta palabra es porque está muy ocupado en su investigación propia con Levi. Se dirigen juntos al cementerio a hablar con Bruno, el amigo de Frank, y Levi se pone nervioso y le apunta con un arma. Bruno, ante esa situación, les da una pista sobre un trastero que tiene Frank donde pueden encontrar lo que van buscando. Wes consigue hacerse con la llave del trastero, que le roba a Frank en un despiste.
Se dirigen al lugar, pero son interceptados por el resto del Team Murder. De nuevo, Laurel es la que se ha dado cuenta del cambio de actitud de Wes, asegurando que estaba muy raro y que seguro que sabía algo. Wes confiesa que cree que Rebecca está muerta, y que Levi es hermano de ella y EGGS 911 (lo que hace que Michaella se vuelva loca). Antes de que puedan retomar la marcha, sin embargo, aparece la policía.
“Ya está, así que está pasando”, dice Michaella. Ya les han pillado. ¿Asher ha hablado? ¿Annalise ha hablado? ¿Bonnie? No, no vienen a por ninguno de ellos, sino a por Levi. Abren el maletero de su coche y encuentran dos grandes bolsas de droga que, por supuesto, alguien ha puesto allí.
El resto del grupo se dirige al trastero, donde encuentran la maleta donde Frank metió el cadáver de Rebecca. Wes la abre y… dinero, está repleta de billetes. Es entonces cuando la serie nos muestra qué ha pasado: Frank lo tenía todo preparado. Descubrió que Wes estaba investigando (y quién era Levi), así que habló con Bruno, hizo la pantomima de despistar sus llaves un momento, dejó la maleta así a posta e incluso se deshizo de Levi llenando su coche de droga. Una jugada maestra que parece que deshace cualquier esperanza de Wes, por el momento.
La noche de la mansión
Este capítulo también tenemos trocito de la noche de la mansión, seguramente el más revelador hasta ahora. No sabemos si antes o después de que saliesen corriendo los del Team Murder, vemos a Bonnie también huir de la mansión manchada de sangre. El cuerpo de Sinclair sigue ahí, así que tenemos nueva sospechosa. O, mejor dicho, nuevos sospechosos. Bonnie se sube a su coche y, en el asiento del copiloto, vemos a Asher.
Ambos se dirigen a una gasolinera, donde Bonnie entra al aseo a limpiarse la sangre y deshacerse de su camiseta (me he dado cuenta de una preciosa cámara de seguridad allí en medio, que seguro que más adelante nos da problemas). El caso es que, cuando vuelve al coche, Asher no está. Le vemos en una comisaría, donde quiere hacer una declaración. ¿Qué tiene este chico con contar las cosas? ¿Qué tiene que contar? ¿Entra Bonnie en nuestro TOP 3 de asesinos de aquella noche?
Última actualización: 23/10/2015