Hoy en día estrenar una película de fantasía juvenil es sinónimo de éxito. Las razones son varias y las exponemos en este artículo, pero antes recordamos las películas del género estrenadas en 2014 y su éxito en números.
Comenzamos con Divergente, film de futuro distópico que aunque se decanta más por el estilo de ciencia ficción y acción, contiene los mismos ingredientes que ahora enumeraremos como propios de este tipo de películas. Consiguió acumular 285 millones de dólares en todo el mundo. Sin ir más lejos el reciente estreno de El corredor del laberinto comenzó su primer fin de semana en taquilla con 81,5 millones de dólares.
La algo más dramática Si decido quedarme, acusa su tendencia romántica con menos recaudación, 69 millones de dólares. Incluso si nos fijamos en estrenos considerados menores como Vampire Academy: Blood Sisters, estamos ante cifras que superan los 15 millones de dólares en taquilla.
Remontándonos un poco más, la secuela de Los juegos del hambre, cuya tercera entrega se estrenará el próximo 21 de noviembre, ha conseguido acumular en aproximadamente un año 864 millones de dólares.
¿Cómo es posible que una película que mezcla adolescentes, fantasía tecnológica y romance se acerque tanto al millar de millones entre todos sus espectadores? Dos sagas anteriores son las principales impulsoras de este movimiento cinematográfico actual: Crepúsculo y Harry Potter.
Por mucho que pese a algunos espectadores, la Saga Crepúsculo consiguió algo que ningún otro título había logrado, aunar todo tipo de público en un género ajeno. Los films de vampiros y hombres lobo se iniciaron dentro del género del terror clásico, que intentó de manera algo infructuosa expandirse con ciertas dosis de pseudo-erotismo entre los 70 y los 80, para directamente abrazar la acción con sagas como Blade y Underworld en los 90.
Crepúsculo rebaja el ritmo de la narración y edulcora toda la atmósfera vampírica con romances entre especies, con unos efectos especiales brillantes para la época y alarga la gallina de los huevos de oro durante 5 entregas cinematográficas. De esta forma, un público en teoría ajeno al de la acción entre vampiros como es el femenino y el género más reacio a meterse en el cine para ver un film romántico, el masculino, se juntan en una propuesta que satisface a ambas partes. Que seas fan o no de la saga, es otro cantar.
Y aunque la saga de Crepúsculo también hace gala del segundo factor importante, es la de Harry Potter la que lo evidenció más, esto es la adaptación de una serie de libros en formato cinematográfico de varias entregas. El fenómeno literario de Harry Potter consiguió la unión de público infantil, juvenil y adulto en torno a una historia de fantasía entre niños que fue evolucionando a un oscuro thriller juvenil entre magos.
Al contrario de lo que puede suceder en otras sagas, los fans de Harry Potter crecieron con el personaje y las películas se estrenaban con apenas 1-2 años de retraso respecto a la obra literaria. El trasvase de espectadores y lectores propició un movimiento cultural acerca de Harry Potter sólo comparable hoy día con lo que los libros de Tolkien sobre la Tierra Media o, en menor medida, las obras de Juego de Tronos, han conseguido motivar.
Viendo estos factores como precursores del éxito de la fantasía juvenil en el cine, es fácil comprender el interés por este tipo de películas. Todas las mencionadas derivan de obras literarias y la amplia mayoría disfruta de más de una entrega, con lo que en caso de una rentabilidad en taquilla, las secuelas están aseguradas a nivel narrativo.
En el caso de los protagonistas, todos ellos son jóvenes con un gran talento o potencial para desarrollarlo y, en casi todas las historias, su lucha es contra un sistema administrativo impuesto contra voluntad que llega a atentar incluso contra (y aquí llegamos a un tema importante) el amor entre los dos principales personajes.
Si bien Shakespeare acertó en que la historia de un romance imposible es algo que atrae a todo tipo de público juvenil, cometió para nosotros un error a nivel comercial, que es optar por la tragedia. El gran artista literario inglés no conocía todavía el concepto de marketing relacionado con una saga antológica, algo que los directores de estas películas de fantasía juvenil lo exprimen al máximo. En todas las historias tenemos a dos jóvenes que, por imposición humana, fantástica o incluso cronológica, ven cómo el amor entre ambos es impedido. Pese a todo, la lucha por unirse (siempre condicionada por un previo ajuste del sistema social de cada mundo planteado), no se termina en la primera entrega, sino que continúa incesante hasta el último momento del último capítulo.
Los espectadores, muchos de los cuales ya leen las obras antes del estreno de la película o, al menos, tras el estreno de la primera entrega, ya conocen el final, pero quieren ver retratado ese amor imposible en una gran pantalla de cine, ya sea entre amigos o en pareja, en dos, en tres o en siete secuelas si es necesario. Y eso, para los productores de películas, es una mina de oro.
Como véis muchos son los factores por los que el cine de fantasía juvenil se ha convertido en uno de los más rentables (y explotados) en la gran pantalla. Este próximo 21 de Noviembre todos los fans del género tienen una cita ineludible con Los Juegos del Hambre: Sinsajo Parte 1, que promete arrasar nuevamente la taquilla de todo el mundo. Os dejamos con el tráiler.
Última actualización: 22/11/2014