El capítulo de esta semana de Better Call Saul es… Por un lado, no pasa nada interesante. En realidad no pasa nada de nada. Pero sí que hay ciertos guiños a un futuro a años vista y, por supuesto, la bienvenida de alguien a quien esperábamos, ¿pero no tan pronto? El recap del episodio anterior aquí. ¡Alerta spoiler!
Hector
El negocio de la droga es poco agradecido. Ahí vemos nada más empezar a Nacho, con su jefe Hector detrás, recibiendo a subordinados y sus fajos de billetes enrollados. Uno de estos hombres no cumple con las expectativas de Hector, y aunque él le deja marchar sin más drama que la promesa de recuperar la cuenta para la semana siguiente, a dos palabras de Hector cambia su suerte: Nacho sale tras él y le recuerda sus obligaciones para con ellos a modo de paliza. Ese hombre es Domingo (Max Arciniega), AKA Krazy-8.
Pero este inicio tiene una meta muy clara: mostrarnos a Nacho desde una nueva óptica. Por la noche trabaja en la fábrica de su padre, frente a una máquina de coser. Y parece que entra en trance y ni siquiera muestra mueca de dolor cuando la aguja le atraviesa un trozo de mano. Tampoco se ve muy perturbado cuando, en un intercambio de mercancía con los hombres de Gus, termina con un arma apuntando a su cabeza.
Eso sí, hay algo que le toca hondo: Hector quiere involucrar a su padre en el negocio utilizando sus camiones para pasar droga, y parece que Nacho no está de acuerdo. Tal vez por eso se guarda una pastilla perdida que se le cae a su jefe, tal vez Don Nacho tenga algún que otro problema en un tiempo cercano.
A Gus, por cierto, le vemos visitar una nave en venta con mucho potencial. Se trata de una lavandería industrial al que el encargado de Los Pollos Hermanos ve muchas posibilidades. Así se lo comunica a su acompañante, Lydia (Laura Fraser), que hace acto de presencia por vez primera en la serie. No dice mucho, tbh.
12 meses
El resultado del tribunal en el asunto McGill v McGill es celebrado por ambas partes. Son 12 meses enteros sin poder pasar por el juzgado, un año sin licencia de abogado que Kim y Jimmy celebran como victoria, brindando con champán en tazas de desayuno. Por la otra parte, es Hamlin el que por medio de alcohol parece sacar a Chuck de la derrota, alcohol y el convencimiento de que Jimmy la liará antes de terminar ese periodo y se quedará sin licencia para siempre.
A Chuck parece que la jugada de su hermano le ha hecho pensar y le vemos agarrar con fuerza unas pilas, e incluso salir a la calle y, rodeado de luces de neón, acercarse a una cabina y ponerse en contacto con su médica. ¿Piensa el McGill mayor enfrentarse a su problema en vez de encerrarse en casa?
Hello Saul
Así que ahí tenemos a Jimmy, sin su licencia por un año, llamando a todos sus clientes y comentándoles -muy por encima- el descanso que se va a dar de la abogacía. Por suerte uno de esos clientes le recuerda que tiene un anuncio en antena, que debe de retirar para cumplir con la sentencia. Así se ve con un hueco en televisión sin anuncio, y no le devuelven el dinero. Y así está el nuevo negocio de Jimmy en marcha: vender esos minutos a otra gente, ayudándoles también con la parte técnica y de realización de sus propios anuncios.
Por supuesto, necesita un anuncio para su nueva aventura empresarial de hacer anuncios, pero tampoco parece querer exponer demasiado su imagen de abogado experto en testamentos. ¿La solución? Un alter ego: Saul Goodman. Y qué horterada de anuncio, y qué postizo tan poco profesional que se ha buscado.
Última actualización: 17/05/2017