Pónganse cómodos, porque el recap del último capítulo de Gotham ya está aquí. La serie, que no deja de impresionarnos cada episodio, presenta una vez más otro misterio para el detective más famoso de la ciudad de Batman. Que es algo así como la capital del crimen. Con el último capítulo previniendo de una guerra por el poder de los bajos fondos, vamos a ver qué ocurre en esta ocasión. ¡Alerta spoiler!
Como nos dejaba el anterior, este episodio comienza con Pingüino en la puerta de la casa de Jim. Allí se encuentra también Barbara (Erin Richards), su mujer. Vemos a un Pingüino mucho más sofisticado, ya con el típico traje con el que se le reconoce en el mundo Batman. Cuando supuestamente le mató y lanzó al agua, le ordenó que no volviese a Gotham de nuevo. Y ahora allí estaba, en su salón. Viene a contarle que nunca podrá confiar en nadie, pues nadie se fía de el: ni Falcone, ni Fich, ni el departamento de Policía. Ni siquiera Bullock. Es un hombre bueno en una ciudad corrupta. Y solo en él puede confiar. Pingüino puede ayudarle a salvar Gotham de una guerra fatal.
La guerra será por Arkham, el último barrio sin desarrollar de la ciudad. La familia Wayne tenía un plan para convertirlo en una zona próspera y elegante, hasta que fueron asesinados. ¿Sería esa la verdadera razón? Lo de “zona próspera y elegante” no quita que, derribando el asilo que existe ahora mismo en ese lugar, vayan a construir un psiquiátrico de lo más moderno. Lo que se podría decir un lugar perfecto para vivir. El plan lo respalda Falcone (que será el constructor), pero Pingüino descubre que Maroni también está en el lío de los terrenos y quiere un trozo para una planta residual. Como piensan que está muerto, nadie le buscará, y podrá ser el enlace secreto en la sombra de Gordon.
En otro lugar, una pareja de hombres se ve asaltada por un tipo misterioso. Uno de esos hombres es Jenkins, concejal de la ciudad. Y el hombre misterioso les asesina con un extraño –y puntiagudo- artilugio. Los que tendrán que trabajar en el caso no son otros que Gordon y Bullock, claro está. Poco tardamos en saber que Jenkins estaba del lado de Falcone en el asunto de Arkham. ¿Implica eso que su muerte sea cosa de Maroni? Eso piensa Gordon.
Un futuro oscuro
Fish sigue con su plan malvado de convertirse en la reina del cotarro. Y para ello está buscando una chica que sea su arma secreta. Suponemos que contra Falcone. También vemos como el joven Bruce sigue idealizando con las ideas de amor y oportunidades para todos que sus padres le legaron. Aunque podemos ver como su intervención en cada capítulo que pasa es meramente simbólica. Y eso que la interpretación de David Mazouz del futuro Batman es una de las más aclamadas de la serie. En este episodio, sin embargo, tiene más protagonismo. Y mientras sigue teniendo pesadillas con la muerte de sus padres, se entretiene buscando en los archivos que tiene en casa sobre Arkham alguna conexión con aquel doble asesinato y los actuales.
En Gotham parece que sobran concejales. En esta ocasión secuestran al concejal Zeller, que se encuentra en el lado de Maroni. Como sigan así van a tener que convocar elecciones por falta de políticos.
En las películas de Batman, si no recuerdo mal, pintan Arkham como una cárcel. Sea lo que sea, en Gotham da igual o incluso más miedo. Allí se encuentra nuestro hombre misterioso con un bidón que contiene al concejal Zeller. Caigo en la cuenta de que, en ese caso, ni Maroni ni Falcone están detrás de eso; aunque, obviamente, es lo que parecerá a todas luces. El hombre aún sin nombre no actúa solo, claro. Alguien le ha contratado y entonces empieza el lío: ¿Ha sido Maroni? ¿Fish? ¿Falcone? ¡¿Habrá sido Pingüino?! El concejal piensa que lo ha mandado Falcone, aunque no le da tiempo a pensar mucho más pues el asesino le prende fuego. ¿Será tan retorcido el mafioso como para haber matado antes a alguien de los suyos como era el otro concejal?
Si quiere que parezca lo que parece, Gordon se cree que el primer golpe lo dio Maroni, matando a Jenkins. Sarah Essen (Zabryna Guevara), jefa del Departamento de Policía –y superior de Jim y Bullock- decide poner a salvo al resto del ayuntamiento. Por si este aparente cruce de represalias continúa. El compañero de Gordon no es nada iluso, y sabe que todo el lío político con Arkham no puede habérsele ocurrido a Jim espontáneamente. Si descubre que Pingüino sigue vivo, Falcone lo sabrá. Y Fish. Y acabarían muertos seguro.
La policía descubre que el asesino de ambos concejales es la misma persona. ¿Alguien trabajando al tiempo para los dos contrincantes? Como Bullock asegura: “Solo en Gotham”. Deciden ir a hablar, a la cárcel, con un amigo. Siempre en las cárceles hay alguien que parece saber todo lo que sucede fuera. El hombre lo acierta todo, y sabe quién es el asesino: un tal Gladwell, un profesional. Van a su trabajo y, cuando están a punto de capturarle, se escapa. Encuentran un papel con las letras C, L y M escritas. Otro misterio por resolver.
En el restaurante donde trabaja Pingüino, los matones de Maroni no dejan de contar billetes. Eso llama su atención y es su jefe el que le asegura que, mientras trabaje allí “no verá nada, ni escuchará nada”. ¿Terminará el malo más querido por los seguidores de la serie del lado de Maroni al fin y al cabo? ¿Será ese el primer paso para vengarse de Falcone y Fish? Todo pinta que sí, pero lo cierto es que aún parece una idea lejana.
¿Muy lejana? Unos tipos con medias en la cabeza y subfusiles de asalto entran a robar al restaurante. Ya que tienes esas armas, cómprate unos pasamontañas o algo, que vaya a juego, hombre. Obviamente van a por el dinero que allí tenía Maroni. Muere hasta el apuntador. Pingüino logra resguardarse en un congelador, ya empieza gustarle el frío. Y el dinero; ha conseguido salvar una de las bolsas, lo que le sentará muy bien al mafioso de Maroni, que le nombrará gerente del restaurante. Un escalón más, Pingüino, uno más.
Secretos
En casa de Gordon, el pobre tiene problemas. Su mujer está harta de tanto secretismo y tanta vida policial y pregunta claramente quién es Oswald. Recordemos que se trata del nombre real de Pingüino. El real de antes de “su muerte”. ¿Cómo sabe ella eso? ¿Es médico de urgencias o Sandro Rey? La culpable es de la agente Montoya, que le baila el agua a la señora Gordon y su plan genial es desacreditar al pobre Jim. Qué juego tan sucio. Barbara entonces le confiesa a su marido que, antes de salir con él, fueron pareja. La mujer, harta de tanta desconfianza, termina dándole un ultimátum. “O me dejas entrar o me dejas ir.”
La policía encuentra a Gladwell muerto. Al menos al verdadero Gladwell. Así que no tienen nada: el asesino mató al hombre y se apropió de su identidad. Bullock tiene sus métodos, y su método más efectivo es pedir ayuda a Fish. Si Falcone pierde contra Maroni, se verá débil, y entonces todo el mundo querrá acabar con él. Ella misma la primera, aunque este supuestamente de su lado. Le cuenta a Bullock que siempre tiene un plan B, y esa es Liza, su nueva arma secreta. ¿Acaso piensa acabar con Maroni y no con Falcone? La mente de Fish Money siempre tan maquiavélica.
Pingüino llama a Gordon para avisarle que habrá otro asesinato. Y esta vez espera que Jim confíe en él. Después de lo del restaurante, Maroni anda cabreado y contraatacará. Gordon es un buen detective y en seguida lo ve todo: el objetivo es el alcalde y los agentes que esta noche le protegerán son Campos, Lazenby y Martins. C, L y M. No van a protegerle.
Efectivamente, en casa del alcalde no hay nadie vigilando y Gordon llega momentos antes de la aparición del asesino misterioso. Esta vez de parte de Maroni, suponemos. El alcalde propone que vayan a comisaría, un lugar seguro. Jim desecha la idea, puede que sea el peor sitio donde ir. Cuando van a salir, el asesino les sorprende y Gordon pierde su arma, así que tienen que huir. Finalmente aparece Bullock, pero para proteger al alcalde terminan matando al asesino. Y nos quedamos sin saber quién le contrató realmente.
Al final del capítulo, descubrimos que los que entraron a robar en el restaurante fueron contratados por Pingüino, que se convierte así en el malo más malo de la serie con diferencia. Consigue la confianza de Maroni, un ascenso y mucho dinero, pues después se carga a los atracadores. Un plan genial.
Además, el alcalde decide que una parte de Arkham no se desarrollará como los Wayne habían propuesto, lo que significa una victoria para Maroni. Falta saber si Falcone está de acuerdo con esto, y si finalmente estallará la guerra abierta entre ambas facciones. En principio parece que no, lo malo es que ya no queda parte de Gotham que repartir.
Opinión
Este capítulo de Gotham me ha parecido de los mejores hasta el momento. Podemos ver cómo se van definiendo las pretensiones de cada uno de los protagonistas. Para alguien seguidor como yo de Pingüino, ya intuimos ese punto macabro en sus acciones que le convierten en el personaje más interesante hasta el momento. También me ha gustado mucho el doble juego que se trae Fish, y como no quiere dejar por sentado nada para poder conseguir así sus objetivos.
Por otro lado, me parece positiva la participación más activa de Bruce en la serie. Ya podemos ver al niño con ansias reales de salvar Gotham y planteándose seriamente si lo que le hace falta en una buena limpieza a fondo, aunque ve tristemente como solo parece importarle a Gordon que su ciudad se encuentre en una situación tan penosa. Barbara parece que ha dejado a Jim, se ha visto superada por el trabajo de su marido y eso es algo que puede cambiar por completo al detective. ¿Qué pensará ahora Gordon de Montoya? ¿Confiará ahora en Pingüino? ¿Qué le estará pasando a la pobre Selina, que hace tiempo que no sale? Más y mejor, en el próximo capítulo de Gotham.
Valoración: 8,5
El análisis del siguiente capítulo aquí.
Última actualización: 21/10/2014