Hecha para los que disfrutaron de la serie ‘Chiringuito de Pepe‘, película con humor de brocha gorda y personajes muy estereotipados. Eso sí, El Langui se roba el show.
El fútbol en el monasterio
El cine cómico español, el comercial, nunca ha sido muy querido por la crítica española, a excepción de algunos honrosos casos como ‘Los del túnel’ u ‘Ocho apellidos vascos’. De hecho, el triunfo arrollador de la película protagonizada por Dani Rovira y Clara Lago ha dado pie a más propuestas cinematográficas similares, como ‘Es por tu bien’, ‘Cuerpo de élite’, ‘Señor, dame paciencia’ o ‘Villaviciosa de al lado’. Curro Velázquez, guionista de ‘Fuga de cerebros’ y creador de ‘Chiringuito de Pepe’, debuta como director con ‘Que baje Dios y lo vea’, comedia clerical protagonizada por Alain Hernández, Karra Elejalde, El Langui, Tito Valverde y Macarena García.
El monasterio de San Teodosio está en quiebra, los monjes que habitan en él temen ser desahuciados en cualquier momento, ya que quiere ponerse un parador con balneario para fomentar el turismo rural, una mera excusa para especular y beneficiar a una empresa afín del gobierno. Al monasterio llega el padre Salvador, que les propone al resto de monjes una loca idea para salvar al monasterio, participar en la “Champion Clerum”, un torneo de fútbol para religiosos de diferentes congregaciones. Una idea muy atrevida a la que el resto de hermanos se apuntaran, pese a no saber nada cómo jugar al fútbol, ya que puede ser su única esperanza.
Humor de brocha gorda y personajes llenos de estereotipos
Era cuestión de tiempo que Curro Velázquez se alzase en el puesto de director. De hecho, algo irreprochable a ‘Que baje Dios y lo vea’ es que se nota la mano de Velázquez, puesto que cada escena desprende humor de brecha gorda y personaje muy definidos en su papel. Es más, tras ‘Chiringuito de Pepe’, el guionista reconvertido en cineasta ha perfeccionado sus intenciones con sus personajes, además de traer a actores que tienen pinta que se convertirán en sus fetiches como El Langui. Es más, el personaje de Karra Elejalde para hecho para Jesús Bonilla más que para el actor de ‘Miel de naranjas’.
Sin embargo, esa identidad no se traduce en una buena película. De hecho, ‘Que baje Dios y lo vea’ es mala, aunque no por ello merezca ser vilipendiada. Es más, a los fans del humor fácil y de chascarrillo de descanso para el café les viene de perlas, ya que la película da lo que ofrece, es muy sincera y no engaña para nada al público. Sin embargo, más allá de su humor, lo cierto es que se está ante una película cuya trama, que podría haber sido mucho más interesante, se convierte en una película feel-good predecible que no ofrece nada más que momentos de risa fácil.
De hecho, ese es quizás su principal defecto, su trama futbolera no provoca interés, lo que podría haber sido una versión masculina, deportiva y cañí de ‘Sister Act’ se queda en una cinta llena de buenas intenciones con actores que van con el piloto automático y un añadido de trama amorosa que no ayuda, precisamente, a la cinta. La interpretación de Karra Elejalde recuerda mucho a la de ‘Operación Concha’, una parodia de sí mismo que, tristemente, no produce la gracia que debiese. Alain Hernández tampoco brilla, así como Tito Valverde o Joel Bosqued, actor que parece no estar hecho para la comedia. Punto aparte para Macarena García, la actriz de ‘La llamada’ parece haber encontrado gusto por los proyectos de temática religiosa, hecho que se agradece al hacerlo con respeto.
El Langui se hace con el show
El show parece estar hecho para El Langui, el único que defiende su papel de manera suficiente, pese a no ser uno de sus trabajos más notables. Además de interpretaciones flojas, una trama que se cae y un humor que no gustará a una mayoría, está también el hecho de que las escenas futbolísticas no están bien rodadas, no provocan tampoco interés.
‘Que baje Dios y lo vea’ gustará a aquellos que disfrutaron con ‘Fuga de cerebros’ o ‘Tensión sexual no resuelta’, trama de enredos con final feliz y chascarrillo fácil. No engaña, así el que decida verla sabe perfectamente a lo que va.