Una película que, gracias a su honestidad, logra evitar en ser una propuesta más de cine social. Un reivindicación por los olvidados del sistema, aunque se antoja más como una llamada de atención.
Drama social como ‘comeback’
Michael Caton-Jones regresa a la dirección después del duro golpe que supuso ‘Condenado’ pero, especialmente, ‘Instinto Básico 2’, que aún sigue haciendo mella en su carera. Primero logró reconciliarse con el público en la televisión, dirigiendo la miniserie ‘Un mundo sin fin’, ahora vuelve al cine con ‘Urban Hymn’, una propuesta cercana al cine de autor, con reinvindicación social, nominada a un British Independent Award y que significa un primer paso para el cineasta para regresar del todo a primera línea.
Con los disturbios sucedidos en varias partes del Reino Unido durante el verano del 2011, se encuentran Jamie y Leanne, dos amigos y dos adolescentes cuya futuro va a la deriva. Ambas se ganan la vida entre trapicheos, pequeños robos y constantes visitas a la comisaría. Se intuye que, cuando cumplan los 18 años, serán carne de cárcel. Pero en Jamie hay un talento excepcional, posee una voz extraordinaria. Eso no ha pasado despercibido en Kate, la nueva asistente social que ha empezado a trabajar con ella. Es Kate quien le propone a Jamie empezar una carrera como cantante de soul, en un coro. Es ese momento cuando Jamie deberá elegir entre una vida sin futuro o darse una oportunidad para la que luchar.
Una película honesta
La gran contra que tiene ‘Urban Hymn’ es que su tema ya se ha visto en multitud de cintas similares. Sin ir más lejos, en años anteriores se han podido ver propuestas como ‘El profesor de violín’, ‘Las vidas de Grace’ o ‘La clase de esgrima’. Cierto es que Caton-Jones sabe que tiene ello en su contra, de ahí que la cinta sea conciliadora, pausada y tremendamente honesta. De ahí, que no dé la sensación de estar viendo algo trillado. Cierto es que la figura del educador optimista es comedida y la actitud rebelde y violenta de las dos protagonistas también, limitándose a llevarlo a pequeñas explosiones controladas.
Algo más conservadora que películas como ‘Conducta’ o ‘Profesor Lazhar’ al no mostrar ningún ápice de innovación en su ejecución, el filme logra tener más nivel gracias a la realidad que se trasmite durante su duración, algo que provoca su estupendo trío de actrices. Shirley Henderson, a la que se le ha podido ver con papeles secundarios en cintas como ‘El diario de Bridget Jones’, ‘Filth, el sucio’ o ‘El cuento de los cuentos’, en esta cinta logra lucirse como la esperanzadas asistente social, gracias a un trasfondo en el que el personaje debe enfrentarse a heridas del pasado que no han cerrado. Sin duda, el mejor papel en su carrera cinematográfica. A su lado están unas debutantes, Letitia Wright e Isabelle Laughland, derrochando energía con unos papeles que parecen ser autobiográficos. Sin duda, el director aprovecha su inexperiencia para sacar el lado más real de ambas.
Estupendas interpretaciones
Con guion de Nick Moorcroft, ‘Urban Hymn’ logra sobresalir medianamente gracias a su apuesta por unas interpretaciones en las que se habla de la desigualdad de oportunidades, de clase, racial y educativa, de cómo en ciertos estratos sociales existe un círculo vicioso del que es muy complicado escapar. En ese sentido, el filme está más cerca de propuestas europeas como ‘La clase’ o ‘Girlhood’ que de las clásicas cintas catárticas provenientes de la industria de Estados Unidos.
‘Urban Hymn’ es un correcto ejercicio de realización y guion y un estupendo ejemplo de interpretación. Cierto es que no llega a trascender lo suficiente pero, eso sí, está muy por encima de apuesta sensibleras como ‘Yo, Daniel Blake’, de Ken Loach e inmerecida Palma de Oro en el 69º Festival de Cannes.
Tráiler de Urban Hymn en Español