Crítica de Unos días para recordar
Crítica de Unos días para recordar
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El cine de Jean Becker podría considerarse cine autoral feel-good ya que sus películas están más cercanas a lo independiente que a lo comercial. Esta vez viene con ‘Unos días para recordar, protagonizada por Gérard Lanvin, que regresa a la comedia después de estar dos años enfocado en thrillers, su última comedia es del 2012, ‘Amistades sinceras’.

Pierre Laurent es un solitario sesentón que, tras un grave accidente, acaba en las aguas del Sena. Rescatado por un joven chapero, el hombre es ingresado en el hospital, donde le informan que, afortunadamente, no ha sufrido daños graves y sólo tendrá que tener una pierna escayolada. Al no recordar cómo acabó cayendo al río, Pierre deberá estar ingresado en el hospital hasta que su pierna pueda recuperarse. Mientras, será testigo de la rutina de los médicos y enfermeros del lugar, así como de las visitas de familiares y amigos y algún que otro invitado imprevisto.

Crítica de Unos días para recordar

Becker es un realizador de casta, su padre fue el gran cineasta Jacques Becker, uno de los más célebres de Francia durante los 40 y 50 y precursor de la nouvelle vague. Lo que tiene en común con su antecesor es que ambos se decantan por los detalles, por las tramas secundarias. Sin embargo, mientras que su padre se enmarcó en el thriller, el hijo se centró en comedias. ‘Unos días para recordar’ es uno de los ejemplos más típicos del cine de Jean Becker.

En su filmografía son muchos los casos de personas solventes, con profesiones estables o artísticas que, por avatares del destino, tienen que estar en una estancia donde aprenderán a valorar mejor la vida. Esto le ha funcionado estupendamente en cintas como ‘Conversaciones con mi jardinero’ o ‘La fortuna de vivir’. Aunque es verdad que la fórmula empieza a tener cierto desgaste como se pudo ver en su anterior filme, ‘Mi encuentro con Marilou’. Con ‘Unos días para recordar’ mejora tanto en mensaje como en contenido con la cinta nombrada anteriormente. Todo se debe a que ha centrado la historia sólo en el protagonista, encarnado por Gérard Lanvin, dejando a los secundarios como personajes importantes pero que atañen más a las circunstancias del susodicho.

Crítica de Unos días para recordar

La atmósfera teatral que le da esa habitación de hospital ayuda a poder centrar la atención en Lanvin, que vuelve en plena forma a la comedia. El actor se muestra contenido, como debe ser su personaje, dejando los momentos de risa a lo que sucede a su alrededor. También es verdad que Becker no pretende crear una película de risas desternillantes sino de momentos agradables que provoquen sonrisas más que carcajadas. No sólo Lanvin cumple estupendamente su función, viene acompañado por excelentes actores del país galo como Jean-Pierre Darrousin y el comico Fred Testot.

El replanteamiento de la vida, de saber si esa soledad en la madurez es buscada o realmente es una resignación. Cuestiones profundas que pueden verse brevemente. Ya que ‘Unos días para recordar’ es una propuesta amable y que pretende ofrecer al espectador un momento de desconexión pero sin forzar demasiado a la trama. Podría decirse que es la versión descafeinada de la excelente ‘Hipócrates’, con el punto de vista de un paciente y obviando los problemas que hay en la sanidad pública francesa.

Una ideal comedia dramática breve y con estupendas interpretaciones. El último filme de Jean Becker es una invitación a vivir positivamente, con media sonrisa. Una propuesta acertada para esta época estival.

Puntuación Final:
3.5 / 5 Valoración de Unos días para recordar - 3.5 sobre 5
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