Al cine social español le cuesta aún encontrar un equilibrio entre crítica justificada y maniquea sensiblería. Algunas propuestas, como ‘Techo y comida’ o ‘La soledad’, lograron superar ese bache ofreciendo propuestas potentes y con un sello propio del cine europeo. Para su cuarta película, Jesús Ponce trae una propuesta de corte similar, ‘Todo saldrá bien’, que pretenden llegar más al corazón del espectador gracias al intimismo que desprende.
Isabel vuelve a su pueblo natal, aquel del que huyó para tener mejor vida en la capital. Su madre está gravemente enferma y su muerte parece inminente. Este regreso tendrá otra consecuencia, se reencontrará también con Mercedes, la otra hija y que fue la que se quedó en el nido materno haciéndose cargo de su progenitora, provocando que su vida quede apartada a un lado. Mientras la agonía de la madre se mantiene, las hermanas deberán a conocerse de nuevo, pero es en este momento cuando los celos, los reproches, los rencores y los odios empiezan a salir a la luz.
Ponce siempre ha sido un cineasta comprometido con la realidad, ya lo demostró con su ópera prima, ‘15 días contigo’ y después en ‘Déjate caer’. En esta ocasión, el cineasta se centra en los problemas familiares de las dos hermanas. Casi de una manera teatral, la película es prácticamente ellas dos, con lo cual, basa su principal fuerte en la interpretación del dúo protagonista. En ese sentido, Isabel Ampudia y Mercedes Hoyos ofrecen magníficas actuaciones, prácticamente una predice el texto de la otra, se responden, se quieren, se insultan. Ambas actrices, habituales en el cine de Ponce, derrochan profesionalidad y experiencia con sus papeles, completamente opuestos.
Son ellas las que logran darle fuerza a una historia que es excesivamente gris para lo que cuenta. En el sentido que parte de una buena premisa, pero la constante aflicción y desazón de sus protagonistas provoca cierta sensación de hartazgo. No hay prácticamente luz en el relato. Cierto es que su final resulta magnífico, redondo, pero antes Ponce ha querido recalcar demasiado la amargura que trae esa casa, esos recuerdos.
Eso sí, la crítica social está más que acertada, la ayuda pública queda en evidencia cuando Mercedes pide ayuda al sistema y éste sólo se limita a mirar su pena. Pero no es tanto en el sistema, que el realizador no sabe retratar, sino en la mirada de la protagonista, que prácticamente dice todo sin apenas mover los labios. En ese sentido, ‘Todo saldrá bien‘ (no confundir con la película del mismo título de Wim Wenders) sí es más que notable, gracias, de nuevo, a las interpretaciones.
Pese a ello, ‘Todo saldrá bien’ es una obra excesivamente desoladora en la que sus actrices logran rescatar una película que podría no haber sido buena de no haber sido por sus interpretaciones. Eso sí, se trata de la mejor propuesta de Ponce desde la notable ‘15 días contigo’. Una propuesta loable y hecha con pocos recursos que, pese a ello, demuestra su fuerza gracias a sus dos actrices.
