La ansiedad llega a su fin con el estreno de Perdida (Gone Girl). Más aún teniendo en cuenta que quien está detrás de la cámara es nada menos que David Fincher. Su filmografía está plagada de cintas contundentes, incluso explorando géneros diversos, pasando de historias de suspense a dramas sin perder la firmeza que lo distingue como realizador y narrador.
Pero si nos remitimos al thriller, es atinado asegurar que es el género en el que más se ha destacado, al concebir obras como Seven y Zodiac, por ejemplo. Perdida tiene algo de ellas, o quizás más bien de la segunda mencionada, en cuanto al misterio y al modo de encarar la búsqueda, la indagación y el seguimiento de pistas.
No sería para nada desacertado indicar que este último trabajo de Fincher es de lo mejor que se ha visto este año, de hecho nada tiene que envidiarle a sus películas anteriores; si tuviésemos que preparar un nuevo ranking incluyendo a Perdida (Gone Girl), es muy factible que ésta se termine posicionando entre las más sobresalientes.
Más allá de la mano del director al momento de dotar al film de intriga y de un clima sombrío, siniestro y sinuoso, si se permite el término, juega mucho a su favor el gran reparto de Perdida. Habrá que seguir de cerca a Rosamund Pike de cara a los Premios Oscar tras la magnífica interpretación que lleva a cabo. En el caso de Ben Affleck, resistido por unos cuantos en su faceta de actorl, es correcto afirmar que redondea una más que interesante y convincente labor.
En la historia de Perdida, el punto de inflexión se da a partir de la misteriosa desaparición de Amy (Pike), la esposa de Nick Dunne (Affleck). No hay rastros de ella, y las extrañas conductas de Nick no hacen más que perjudicarlo en cuanto a su incriminación. A partir de allí todo se vuelve penetrante, envolvente y enigmático. Estos componentes se magnifican o toman mayor forma a base de una banda sonora aguda y de una atmósfera inquietante.
Perdida sujeta fuerte al espectador a su butaca, sumergiéndolo a elevados niveles de atención; las más de dos horas de metraje no pesan tanto (salvando algunos minutos en determinadas escenas) por el poder de enganche que porta la narración.
El trabajo de adaptación del best-seller de Gillian Flynn es brillante. La película nos transporta a las situaciones más desconcertantes, siempre de manera inteligente y apasionante. El director se da incluso el gusto de sazonar el menú con algunas que otras pizcas de humor, sin olvidarse del costado rígido, vivo e intenso.
Perdida no tiene desperdicio y se alza como una propuesta que no debe dejarse pasar y de visionado necesario en las salas de cine. Intriga, tensión y grandes giros argumentales para otra joya del género.
4.5 / 5