El filósofo francés Ernest Bersot comentó sobre el amor de las madres esto: “Muchas maravillas hay en el universo; pero la obra maestra de la creación es el corazón materno”. Tras cinco años de ausencia tras ‘Habitación en Roma’, Julio Medem vuelve a la palestra con ‘ma ma’ y lo hace con la actriz española más reconocida internacionalmente, Penélope Cruz.
Magda es profesora de Lengua y Literatura. Pese a estar en el paro y con un marido que le ha abandonado a ella y su hijo, intenta sonreírle a la vida. Sin embargo, una horrible noticia hará que su mundo, ya de por sí derrumbado, se vea en peligro: Le han detectado cáncer de mama. Aunque la tristeza la invada, Magda decide enfrentarse a ella con optimismo y valentía. Tal es su fuerza interior, que hará que su familia y su entorno vivan y valoren los momentos que da la vida.
Medem es un cineasta de autor, un artesano sentimental que muestra poéticamente los sentimientos de sus personajes. Lo hizo en ‘Vacas’ y ‘Los amantes del círculo polar’. También supo realizarlo, aunque de manera más física, en ‘Lucía y el sexo’. Cierto es que sus dos últimos largometrajes –‘Caótica Ana’ y ‘Habitación en Roma’– no satisficieron ni a crítica ni público.
Pese a esos dos patinazos, ‘Ma Ma’ recupera la esencia del Medem de los 90 y se convierte en su mejor película desde la ya citada ‘Lucía y el sexo’. Una cinta costumbrista, llena de carisma y una protagonista con una fuerza interior llena de esperanza y amor maternal desinteresado. Medem consigue plasmar una heroína del día a día, imagen de buena voluntad hasta en los peores casos, junto a ella están unos personajes de reparto que sufren y padecen pero que consiguen disfrutar de la vida gracias al cariño altruista de Magda.
Hasta ahí todo bien. Sin embargo, el realizador y también guionista no logra hacer de ‘ma ma’ una cinta redonda. Su propuesta resulta la mar de interesante y digna de alabanza, pero su tendencia a sufrir una tragedia constante desluce su mensaje esperanzador sobre el cariño materno. Pese a tener un gran protagónico femenino, Penélope Cruz no consigue estar a la altura de su personaje, todo un torbellino que una joven Victoria Abril o Carmen Maura hubiesen bordado. Luis Tosar está magnífico, él es realmente el que aprende esa lección que ha querido mostrar Medem. Y está Asier Etxeandia, un actorazo con un personaje que funciona a medio gas, con momentos que podrían haber dado mejor de sí.
Medem vuelve con fuerzas, pero no las suficientes. Se echa en falta mayor fuerza y riesgo en la cinta. Aunque ese mensaje materno, ese alegato hacia las madres, aquellas que ofrecen hasta su propia vida, consigue llegar al corazón del espectador. Un mensaje en el que Medem, gracias a la poesía de su forma de rodar, consigue llevar a buen puerto.
3.5 / 5