The Awakening (La maldición de Rookford) es una nueva propuesta de horror británico en la línea de la reciente La mujer de negro que viene abalada por la firma de Stephen Volk, guionista de grandes directores en horas más o menos bajas, como el Ken Russell de Gothic o el William Friedkin de La Tutora. También escribió el guión de la simpática y muy ochentera El Beso, pero de esa ya no se acuerda nadie.
Tras un buen puñado de años dedicándose a la escritura televisiva y a subproductos para dvd, el guionista vuelve a la cartelera con una película producida por la BBC, que supone el debut de Nick Murphy, otro caballerete procedente de la tele, y que nos sitúa en la Inglaterra de 1921, tiempo de fantasmas y espiritismo. Es ese contexto en el que conocemos a Florence Cathcart, una de las mentes más brillantes del país, que se dedica a desenmascarar a los falsos espiritistas. Florence sufrió la pérdida de su amado en la guerra y empeña sus días en demostrar que lo perdido, perdido está. Pero eso será hasta que la trasladen a un colegio donde un niño acaba de fallecer en lo que parece ser un ataque de pánico provocado por… fantasmas.
Con una puesta en escena, salvando las distancias de ambas épocas, muy similar a la de la reciente Luces Rojas, La maldición de Roockford se enreda en su tramo final al no saber cerrar el círculo y presentar una serie de desenlaces constantes durante los últimos veinte minutos. Aún así, resulta un film muy entretenido en el que destaca la fotografía del español Eduard Grau, curiosamente, y hablando de Luces Rojas, director de fotografía en la celebrada Buried, y la atmósfera de la casa / colegio, donde aguardan más de un buen susto y en la que destacan momentos escalofriantes protagonizados por casas de muñecas con cosas que decir. Una película que nos devuelve al fantástico de los años noventa, pero sin el empacho que supondrían recuperar ahora Fotografiando Hadas o Criaturas Celestiales. Una buena apuesta para los aficionados al género, pero también para los amantes del suspense con clase.
Nada más empezar la cinta, en su escena inicial, ya atrapa tu atención por la cuidada puesta en escena, su atmósfera realista, su solidez dramática. Desgraciadamente, esto es un fantasma que continúa por el resto del film con una cuidada fotografía y ambientación sugerente, pero que nunca llega a materializarse con verdadero convencimiento de su potencial.
Con una buena atmósfera de intriga y buen plantel artístico. Pero en la balanza final lo malo se come a lo bueno, y viceversa; o sea: un aprobado neutro. Ni recomiendo, ni dejo de recomendar… que cada cual consulte con sus propios fantasmas qué ha de hacer.