Puede que la culpa de la fría acogida a Moonrise Kingdom, que también tenía su parte, fuera en realidad de la sobresaliente Fantastic Mr. Fox, una de las películas de animación más alucinantes de los últimos años.
Como si el mismo Anderson fuera consciente de la recepción de su obra anterior, el director de Los Tenenbaums, su otra obra cumbre, presenta El Gran Hotel Budapest, probablemente la película más elaborada de su carrera si no contamos con su incursión en la animación.
Anderson vuelve a tirar por el cine coral, con tres líneas de tiempo diferentes (lo que proporciona uno de los finales más hermosos que recordamos) y un exquisito gusto a la hora de rodar en tantos formatos como historias hay en su película. Pero lo más sorprendente de todo es como la insultante cantidad de personajes no entorpece su ritmo y, en cambio, da aún más empaque a una historia de entreguerras donde no se concede un solo respiro al espectador a lo largo de sus característicos actos marca de la casa.
Por primera vez, nos creemos a los personajes, los más cercanos y reales que ha parido en su carrera, dato curioso si tenemos en cuenta que la historia se desarrolla en un mundo ficticio. Ese hecho demuestra la capacidad imaginativa de uno de los talentos más puros del cine, un tipo que no necesita vivir de la industria y que hace lo que le viene en gana, superándose cada vez que presenta un nuevo trabajo. Hablando de los personajes, mención especial para Ralph Fiennes, que lleva el peso de la peli y que parece haber nacido para ser M. Gustave, el conserje más incorrecto, loco, zafio y divertido del cine.
La banda sonora de Alexandre Desplat es prodigiosa, y las imágenes, con su director moviendo la cámara más y mejor que nunca, dejan un enorme puñado de imágenes imborrables, con una fuga carcelaria difícil de olvidar y superar.
El Gran Hotel Budapest es cine puro, uno de los entretenimientos más disfrutables en mucho tiempo y un ejemplo de cómo podemos acercarnos al cine de aventuras de toda la vida sirviéndonos de la base de un cine que desapareció hace millones de años. Y no me refiero solamente al de aventuras. Si la película se hubiera rodado muda y en blanco y negro, los responsables de películas como The Artist terminarían huyendo del planeta.
5 / 5