Cuando tienes como base una novela número uno durante 130 semanas en Estados Unidos y escrita por John Green, con una legión de fans en sus redes sociales cercana a los tres millones, realizar una adaptación a la gran pantalla te deja a un sólo paso de la gloria o del más sórdido de los infiernos.
Josh Boone, con sólo dos películas en su haber, ha sido el valiente y osado director que ha aceptado la apuesta de contentar a los fieles seguidores de la novela original convirtiendo los personajes que ya habitan en los sueños de muchos, en personas de carne y hueso. ¿El resultado? Bajo la Misma Estrella se convierte desde ya, en una de las imprescindibles entre los dramas lacrimógenos de los últimos años, junto a infalibles productores de lloros desconsolados como El Diario de Noa, Posdata: te quiero, o Siempre a tu lado.
Desde el tono elegido para representar una historia tan triste como optimista, como la elección de la pareja protagonista, o saber aliviar el más puro drama con necesarias notas de humor, conforman un producto que consigue emocionar de forma visceral pero sin buscar la lágrima fácil.
La química de sus protagonistas es infranqueable, y la pareja formada por una espectacular Shailene Woodley y un más que correcto Ansel Elgort, ayudan a que la empatía con ellos sea instantánea, sumergiéndonos in situ en la película y encogiéndonos el corazón con sus desgarradoras vivencias.
El único problema de Bajo la Misma Estrella es, que pese a conseguir su objetivo de pleno, y al igual que la novela original, no tiene una estructura compleja ni una historia especialmente profunda. La obra de John Green, pese a su innato dramatismo, es fácil de digerir, orientada al público joven y de lectura asequible para la audiencia de todas las edades. Esta sencillez, que repito resulta muy funcional, puede saber a poco a los cinéfilos más experimentados y exigentes.
Bajo la Misma Estrella representa la ilusión, las ganas de comerte el mundo en los albores de la juventud, la pasión de un amor verdadero, y la posibilidad de soñar y ser feliz sean cuales sean las barreras que se interpongan en tu camino. Muchos pondrán el grito en el cielo con el cliché “es otra película de pena”, pero la única pena aquí es que no podamos disfrutar a menudo de obras como ésta.
Una bella historia de amor con la que probablemente llorarás sin remedio, pero haciéndote disfrutar a partes iguales.
4 / 5