“Agosto” viene precedida de una exitosa obra de teatro de Tracy Letts ganadora del Premio Pulitzer en 2008, encargándose él mismo del guion de la película, y siendo ésta literalmente el reflejo de su propia fuente de inspiración, una obra de teatro en la gran pantalla.
Un escenario repleto de caras conocidas que se intercalan entre largos diálogos y no demasiadas escenas durante las dos horas aproximadas de metraje. Este estilo, que en la superficie puede parecer muy poético se convierte en infinidad de veces en un arma de doble filo, donde la sombra del tedio se cierne sobre el conjunto. Pero aquí como maestros de la verborrea tal Quentin Tarantino en “Malditos Bastardos” o el mejor Woody Allen, cada palabra, cada conversación y cada escena suman, atraen y nunca restan.
Una reunión familiar improvisada, desatará entre plato y plato las miserias personales de padres, madres y nietos, desempolvando ese mito tan real como la vida misma y que pocos reconocen, donde los aleatorios lazos familiares no son sinónimo de amor y paz hasta la eternidad. Pese a todo no falta el humor, con un melodrama triste donde los haya pero donde te terminarás riendo y mucho, con personajes tan memorables como los disfrutados en la “Entre Copas” de Alexander Payne.
Como intento de reflejar una obra de teatro, la gran fuerza de “Agosto” se tenía que sustentar en los actores protagonistas y vaya si lo consiguen. No merece la pena ni buscar superlativos para la interpretación de Meryl Streep, con una actuación sin paliativos que va más allá de las meras palabras, secundada con auténtico lujo por una fantástica Julia Roberts que después de demasiados años dando tumbos por la taquilla, demuestra a su madurez la gran actriz que lleva dentro. Sobra hablar también de todas las demás piezas del reparto, ya que todos nos brindan un espectáculo interpretativo servido en su justa medida.
El aderezo final para “Agosto” viene de la mano de una fantástica banda sonora, donde la música y el country te trasladan a las afueras de Oklahoma en nubes repletas de dispares sensaciones.
El ritmo teatral de la película no contentará a todos, con un cierto sentimiento claustrofóbico causado por la poca variedad de escenarios, pero sin duda estamos ante una fiel y fantástica adaptación con muchos pros y casi ningún contra. Una película que comience con “Lay Down Sally” de Clapton no podía augurar nada malo y así ha sido.
4.5 / 5
