En este quinto capítulo de la tercera temporada de Velvet titulado “Hagan juego”, Alberto se jugará el futuro de las galerías en una arriesgada apuesta. Mientras tanto, Ana trabaja con Raúl De la Riva intentando retomar la cordial relación que les unía antes. Por su parte, la hija de Esteban comenzará a trabajar en el taller de las galerías, mientras Clara descubre en casa de Mateo una sorpresa que será de su agrado. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Ana ha vuelto a centrarse en el trabajo para intentar recuperar la buena relación que mantenía con Raúl De la Riva y poder sacar adelante la colección. Mientras ambos diseñadores trabajan codo a codo, Alberto es consciente de que necesita conseguir dinero para poder lanzar la nueva colección, la prioridad y la única oportunidad de las galerías para volver a triunfar. Dispuesto a ganar, Alberto decide apostarse el futuro de Velvet en una partida de póker. Por fortuna, Alberto logra vencer la partida consiguiendo un nuevo y poderoso socio.
Por su parte, la relación entre Ana y Alberto no podría ir mejor, sobre todo ahora que Cristina tiene los papeles para comenzar a tramitar la nulidad matrimonial, lo que permitiría a Alberto poder comenzar una vida junto a Ana sin tener que esconderse, pensando así en ese ansiado futuro como pareja. Sin embargo, Cristina no está por la labor de dejarles el camino libre y prosigue su plan para separarles.
Tras recibir la noticia de la nulidad, Cristina paga su mal humor con Víctor cuando, al anterarse de que su jefa es la mujer de Alberto, el secretario acudía al despacho de su jefa para disculparse por lo ocurrido la noche anterior. De muy malas formas, Cristina echa de su despacho a Víctor, dejándole bien clarito que si está en las galería simplemente es para que ejerza su trabajo como secretario.
Dejando de lado los malos humos y dispuesta a quedarse embarazada de verdad para poder atar a Alberto a su lado y que no descubre su mentira, Cristina comienza la búsqueda de distintos hombres que estén dispuestos a acostarse con ella, pero ninguna de sus citas termina en buen puerto. Viendo a Víctor como el amante perfecto, Cristina le seduce en un intento de disculparse por su actitud con él, volviendo a surgir la pasión entre ambos.
Después de haberse librado de Bárbara y la hija de ésta, Mateo siente mayor libertad en su relación con Clara, que avanza a pasos agigantados. No obstante, la complicidad que existe entre Clara y Víctor hace florecer los celos en Mateo. Intentando centrarse en Clara, Mateo por fin puede invitar a su chica a pasar la noche en su casa, sin embargo, Clara descubre que Bárbara ha estado en casa de Mateo, cosa que enfurece a la secretaria.
Mientras tanto, Jonás está entusiasmado ante el regreso de Luisa, que se ha convertido en una estrella de la música. Al llegar a las galerías el encuentro entre ambos resulta frío y distante, hasta que Luisa no tiene más remedio que confesarle que está enamorada de Eusdebio, su representante. Jonás sabe que las relaciones a distancias son complicadas e intenta aceptar la derrota con entereza pero, en realidad, Jonás termina hundido y con el corazón destrozado.
Por su parte, Esteban ha acompañado personalmente a su hija Lucía hasta el taller de las galerías, donde comienza a trabajar a partir de ese mismo instante bajo la supervisión de Rita, que aprovecha su condición de jefa para desatar toda la ira que le provoca su suegra. Además, la joven no acepta nada bien las órdenes y la cantidad de trabajo que tiene que sacar adelante, produciéndose una situación bastante cómica entre Lucía y Rita.
Última actualización: 16/01/2018