En el cuarto capítulo de la tercera temporada de Velvet, titulado “Dos hombres y un chupete“, Raúl De la Riva se enfrentará a Alberto y Ana porque se siente traicionado y tomará una amarga decisión. Además, Alberto tendrá que ayudar a su amigo Mateo a salir de un gran lío. Por su parte, el negocio de joyas de Bárbara y Cristina se encuentra con un gran obstáculo antes de comenzar. Mientras tanto, Pedro y Rita siguen conviviendo con Conchi, la madre de él, que mantiene su actitud protectora con su hijo, para disgusto de su nuera. Si quieres saber al detalle lo sucedido, sigue leyendo pero ¡¡alerta spoiler!!
Estafado y engañado
Después de que Raúl De la Riva se enterara, gracias a Cristina, de que Ana y Alberto mantienen una relación a escondidas, el diseñador decide enfrentarse a los que, hasta ahora, consideraba sus compañeros y amigos. Ya no puede volver a trabajar para Alberto y mucho menos mirar a la cara a Ana porque se siente estafado y engañado, por lo que De la Riva opta por romper su compromiso de trabajar junto a Phillipe Ray.
Cuando parece que nadie puede hacer cambiar de opinión al diseñador y mucho menos porque Cristina sigue malmetiendo entre su amigo y su marido, aparece una decidida Rita que, sin cortarse un pelo, le deja claras cuatro cosas a Raúl De la Riva. Finalmente, regresa a las galerías aunque todavía no ha perdonado a Alberto y Ana y sigue dándole vueltas al asunto, ¿logrará hacer borrón y cuenta nueva para centrarse en el trabajo?
Niñeros improvisados
Mientras tanto, desesperado porque no consigue que Bárbara se marche de su casa, Mateo decide proponerle cuidar de la pequeña Lourditas a cambio de que se larguen de una vez por todas. Sin embargo, la tarea requiere de una ayuda extra y quién mejor que su amigo Alberto para echarle una mano con el bebé. Cuando Alberto se presenta en la casa se encuentra con todo revuelto y con Mateo agobiado por no saber cómo actuar.
Además, por si fuera poco tener que ocuparse de un bebé sin tener ni idea, Mateo tiene que seguir escondiendo a Clara que Bárbara y su hija están viviendo con él. Aunque nadie como Mateo para contar mentiras y logra que su chica se crea que está resfriado y por eso se ha tenido que quedar en casa. Finalmente, después de una dura jornada como niñeros, para alegría de Mateo, Bárbara regresa para llevarse a su hija y sus cosas y comenzar una nueva vida en su propio piso.
Un negocio complicado
Poco a poco el negocio de las joyas va cobrando forma gracias al trabajo de Cristina. Sin embargo, Bárbara ha conseguido una reunión con un importante proveedor de piedras preciosas, el joven Valentín Alcocer. En un primer momento Alcocer se niega a ayudarles porque considera que a ambas mujeres les falta experiencia en el negocio, sin embargo, cuando se encuentra con Patricia, rápidamente Valentín cambia de opinión y decide llegar a un acuerdo con las galerías siempre y cuando Patricia también participe activamente en el negocio de las joyas.
Mientras tanto, después de que Blanca descubriera que está haciéndose cargo de su rebelde hija, Esteban intenta normalizar las cosas y le asegura a Blanca que va a hacer lo imposible por tratar de ser un buen padre y que su hija entre en vereda. De este modo, Esteban le solicita a su sobrino Alberto el puesto en el taller de las galerías para que su hija comience en el oficio. Cuando Blanca se entera de la noticia, se queda atónita por tener que ser ella quien trate a la joven con mano dura. ¿Conseguirá que Lucía trabaje o terminarán ambas peleándose?
Cosas de familia
En cuanto a Rita y Pedro, su relación sigue viento en popa, aunque Rita tiene que continuar lidiando con su “queridísima” suegra. Conchi, la madre de Pedro, todavía no ha regresado al pueblo y prosigue con su actitud protectora y criticona. Sin embargo, de repente surge un interés inesperado hacia don Emilio, algo que logra distraer a la mujer y que Rita aprovecha para mantenerla entretenida y conseguir estar a solas con su recién estrenado marido.
Después de todo lo que Don Emilio ha hecho por ellos, Jonás y Pedro deciden darle una sorpresa ayudándole a realizar una de sus tareas de su lista de sueños pendientes por cumplir. Tras una agradable y cómica cena en familia, ambos le dan un sobre con el presente: la matrícula para clases de baile de salón. Pero no queda ahí la cosa, el regalo incluye a Jonás y a Pedro como acompañantes de las clases. Sin duda, un trío de lo más entrañable.
Última actualización: 02/10/2015