Hoy os responderemos a una pregunta que muchos os formuláis, San Andrés en 3D: ¿merece la pena?
Dwayne “The Rock” Johnson se enfrentará este fin de semana con el terremoto más grande que el mundo haya visto, y la película llega con una opción para la audiencia: ¿deseas ver la épica destrucción en 3D, o es una experiencia mejor en 2D? Te ayudaremos a que tomes la decisión acertada.
No evaluaremos la calidad en sí misma de la película, sino que te contaremos si debes disfrutarla en tu cine 2D más cercano, o si por el contrario merece la pena pagar el extra de la entrada en 3D para que “San Andrés” te ofrezca la mejor experiencia posible.
Las películas de desastres se fundamentan en enormes decorados que quedan destruidos de forma épica, lo que lidera a un potencial como experiencia 3D más que interesante. Las películas de acción suelen adoptar con acierto la dimensión extra, ya que la intensidad se incrementa al sentirte más inmerso en la experiencia, y “San Andrés 3D” no defrauda en absoluto en esta área.
A diferencia de la mayoría de películas que reciben este formato, “Vengadores: la Era de Ultron” o “Jurassic World 3D” incluidas, San Andrés fue concebida desde sus inicios con una experiencia en tres dimensiones. Cuando el proyecto fue anunciado por primera vez en el año 2011, fue titulada como “San Andrés 3D” (San Andreas 3D). Por lo que el rodaje nativo de la película en 3D, otorga un merecido punto positivo al esfuerzo y planificación que toda película debe disfrutar junto a la tercera dimensión.
A menudo clasificado como el truco más habitual de la experiencia en 3D, tenemos aquellos elementos que nos dan la sensación de salir de la pantalla de cine dirigiéndose de forma directa hacia el público. Podríamos pensar que en “San Andrés 3D” existirán una abundante cantidad de estos elementos al tratarse de una película de desastres, pero realmente no es así. Ocasionalmente las partículas de polvo y ceniza, y las hélices de los helicópteros se trasladan desde el celuloide a la audiencia, pero la capacidad de sorpresa de estos efectos es mínima.
A diferencia de aquellos elementos que salen disparados de la pantalla, el efecto de profundidad que aporta la dimensión extra a San Andrés rinde a un nivel mucho mayor. Existen muchos planos amplios y generales usados en la película para capturar el mayor grado posible de destrucción, y estos ángulos proveen una gran oportunidad para que el 3D brille. “San Andrés 3D” no es estelar en este campo, pero rinde de forma más que correcta.
Los cineastas tras “San Andrés 3D”, se han asegurado que el brillo de la película no decaiga por el uso de las gafas tridimensionales, sin que aporten al espectador una sensación oscura y triste. Con la excepción de algunas secuencias más tenues o bajo el agua, San Andrés funciona casi a la perfección en este departamento, ya que la mayoría de la acción toma lugar durante el día y en escenarios exteriores.
Aunque cada persona reacciona de forma diferente a la experiencia en 3D, la experiencia tridimensional de “San Andrés” presenta algunas lagunas que podrían potenciar las molestias de algunos usuarios. Ya sea por problemas de focos de atención no acertados en el ángulo de cámara, o la edición, existen secuencias en “San Andrés” 3D que podrían convertirse en un pequeño dolor de cabeza para un pequeño porcentaje del público. La experiencia general es correcta, no nos engañemos, pero no perfecta.
Dado el desarrollo original de la película con una tercera dimensión nativa, nos esperábamos que San Andrés disfrutara de una experiencia en 3D del más alto calibre, aunque lamentablemente no es el caso. Pero mientras que no nos encontramos con una de las mejores películas vistas en tres dimensiones, sigue siendo disfrutable apostar por el formato tridimensional. “San Andrés 3D” dista de ser una experiencia perfecta e imprescindible, pero las escenas más espectaculares lucen a mucho mayor grado que en el formato 2D, por lo que posiblemente no te arrepientas al pagar un pequeño extra por la entrada.
Última actualización: 26/06/2015