Esta semana, en Gotham no solo tenemos drama, sino también trauma. Un episodio dramático y traumático que nos deja muchas preguntas. Si en el capítulo anterior hacía su aparición, por vez primera, el Joker, en esta los protagonistas son una banda de ladrones algo peculiar. ¡Alerta spoiler!
Caperucita Roja
Y es con la banda con la que empezaré el recap, así vamos subiendo en intensidad. La banda está formada por cinco señores, a cada cual más extraño, que se dedican a robar bancos. Tienen dos características especiales. La primera es que uno del grupo lleva un pasamontañas rojo. La segunda es que reparten con la gente parte del botín. En su primer atraco, para escapar de la policía, uno de ellos decide lanzar los billetes al aire para que la gente se abalance sobre ellos y así poder huir.
Después de ese primer golpe, mientras cuentan el dinero el del pasamontañas rojo asegura que se han escapado porque da suerte. Tanta es su insistencia, que otro de la banda le dispara y se queda el pasamontañas. El caso es que robo tras robo se van peleando y matando por el pasamontañas, que describen de mágico. Al final la policía logra desarticular la banda, o lo que quedaba ya de ella.
Relleno
En este episodio también hay sitio para Barbara. Después del disgusto con la imagen/beso que vio en la comisaria entre Jim y la doctora, la mujer necesita apoyo y ha invitado a quedarse con ella en casa a Selina y la niña-planta. Barbara le asegura a Cat que es una mujer guapa, y que si le hace caso podrá utilizar su belleza para lo que quiera, será más poderosa que cualquier arma. Algo enfadada, Selina le pregunta a Barbara qué ha conseguido ella siendo guapa. Ahí tiene razón.
Algún problema más grave está teniendo Pingüino. Regenta un local y se ha quedado sin agua con misterio, ya que Maroni controla todo el mercado de alcohol de la ciudad y le está haciendo boicot. Si no puede matarle por su acuerdo con Falcone, al menos intentará hundirle. Menos mal que tiene a Butch y un plan con falsos policías para hacerse con cargamentos de bebidas gratis.
Ojo por ojo
Y ahora llegan los momentos drama y trauma. Empezaré por el segundo. Fish, por fin, ha conseguido salir del agujero/cárcel en el que está, aunque solo sea un momento para descubrir qué pasa allí. Mientras se dirige a hablar con el responsable del lugar, ve gente a trozos y le va cambiando la cara. Un doctor maligno le cuenta que sí, venden partes de gente y también tienen experimentos poco agradables. Antes de continuar con la charla, le recomienda una ducha y un cambio de ropa, que seguro que le viene bien.
Cuando regresa, sin embargo, llegan los problemas. Nadie hará caso a sus pretensiones. El doctor se da cuenta de que tiene unos ojos realmente bonitos, así que le da dos opciones a Mooney: o deja que le quiten los ojos –de los que sacaran un buen dinero- o puede bajar abajo con sus compañeros y seguir matándoles, como prefiera. Lo siguiente es trauma. Fich le asegura que tiene una tercera opción y entonces coge una cuchara y se saca un ojo. SE SACA UN OJO. Cuando cae al suelo, lo pisa. Ante la cara de estupor del doctor, termina desfalleciendo.
Conspiración
Por último, vamos con el drama. En la mansión Wayne tienen visita. En plena tormenta se presenta allí Reginald Payne, un señor compañero de batallitas de Alfred en el servicio militar británico. El hombre no solo está mojado, sino que lleva una mala racha (ni casa ni señora ni nada), así que Bruce decide que se quede con ellos unos días. Total, tanta casa solo para dos. Reginald no solo enseña a Bruce algunos movimientos de lucha sino que, junto a Alfred, empiezan a contar su pasado como soldados. Parece que Alfred era todo un Rambo y se ha llevado a más gente por delante que Sylvester Stallone.
Después de algún encontronazo, Alfred le pide a Payne que abandone la mansión, pero éste le apuñala y se da a la fuga. Bruce lo encuentra y llama a la ambulancia; en el hospital, le asegura a Gordon que no puede perderle pues es lo único que le queda. Al final vemos a Reginald en Industrias Wayne, explicando por medio de algunas fotos que Bruce no tiene ninguna prueba de sus duras acusaciones de la semana pasada. Con Alfred fuera de combate, parece el momento idóneo para ocuparse de Bruce. Le entregan a Payne un sobre con dinero. El plan ha salido muy bien, aunque trata de hacer ver que el joven es un buen chico. A buenas horas, majo.
Opinión
Cosas interesantes de este episodio. La figura de Barbara ya no tiene ningún sentido en la serie, a no ser que se transforme en malvada o algo por el estilo. Está ahí, y aunque parecía que iba a dar más juego con su historia con Montoya, ésta no ha vuelto a aparecer y la ahora ex de Jim tiene una figura totalmente prescindible.
La historia de Pingüino es algo extraña. Está claro que Butch está de su parte ahora, ¿o no? Y lo de Fish Mooney ha sido demasiado. Se ha sacado un ojo porque cada uno es único, y nadie quiere solo un ojo, así que por esa parte ha sido lista y se ha salvado (al menos, de que se los quiten). Pero yo a ese plan le veía lagunas desde el principio y parece que Mooney se va a terminar ahogando.
Lo de Industrias Wayne mandando a uno a espiar y cargarse a Alfred para que Bruce deje de hacer preguntas es un poco confuso. ¿Por qué no cargárselo directamente? Doy por supuesto que Alfred se recuperará y que Gordon hará algo mientras para proteger al joven, suponiendo que caiga en la cuenta de que el objetivo es Bruce. Ojalá lo lleve con Cat al piso de Barbara y todo cobre un sentido mágico y real.
Señores de Gotham, en vez de sacarse de la manga –por ejemplo- la incomprensible carencia de alcohol de Pingüino, utilicen esos valiosos minutos para mezclar un poco las tramas. Que es donde realmente nos divertimos y cuando pasan cosas interesantes.
Puntuación: 7
Última actualización: 24/02/2015