Este año Edgar Wright tiene mucho que celebrar: cumple cuarenta años, Spaced celebrará su decimoquinto aniversario y Shaun of the Dead, el décimo. Por si fuera poco, toda esa celebración le pillará rodando la esperada Ant-Man para Marvel Studios, la definitiva consagración de cara al gran público que tanto se echó en falta en sus cuatro anteriores obras maestras.
El inglés dejó atrás años y episodios de televisión después de tocar el techo de la misma con Spaced para rodar su primera película, Shaun of the Dead. Como dato curioso, decir que en una rueda de prensa de Hot Fuzz, su segunda película, pregunté al cineasta por el título español de su debut, Zombies Party. Con humor, Wright contestó que no solo era fan del título, dijo que también tenía el póster español en su despacho. Por si fuera poco, terminó añadiendo que estaba disgustado porque no habían titulado Cops Party a Hot Fuzz en nuestro país.
SOTD jugaba en la misma liga multireferencial de Spaced, adentrándose de lleno en el cine de terror de los setenta (de donde, a excepción de Scott Pilgrim no ha salido nunca), con invasiones y plagas, en este caso, de muertos vivientes. Tener un presupuesto generoso permitió a Wright poder jugar con su faceta de DJ, colocando una gran banda sonora en el film y logrando hacer uno de los mejores gags con un zapping televisivo donde aparecen The Smiths.
Tres años después, llegaría otra gran película: Hot Fuzz (AKA Arma Fatal, dios mío)
Como todas sus películas, en España llegó tarde/mal/nunca y tuvimos que recurrir a la importación (o a Sitges) para poder ver la película en condiciones. En este caso, HF jugaba a homenajear el ninguneado cine de acción, dentro de una disparatada comedia de terror de campiña inglesa. Al igual que en Spaced y que en su ópera prima, el director contó con los otros dos brazos del tridente de la risa y los Cornettos: Simon Pegg y Nick Frost. El primero, además, escribiría los guiones junto a Wright.
Tenía muy difícil superar su obra previa cuando llegó la adaptación del cómic de Bryan Lee O´Malley, Scott Pilgrim Vs. the world, una película que se adelantó a su tiempo como ya hiciera el Speed Racer de los Wachowski. Cine hiperactivo, al borde del colapso y sin tiempo para el respiro, la película de Wright corre por la pantalla a la velocidad de la luz, dejando imágenes para el recuerdo y peleas inolvidables. Una película para recuperar y analizar detenidamente. Recordemos también el tremendo tráiler de Don’t, cachondísima pieza de orfebrería inclúida en el Grindhouse original de Rodríguez y Tarantino.
Como no hay dos sin tres, los chicos Cornetto tenían que cerrar el ciclo abierto diez años atrás. Para hacerlo, nada mejor que regresar al cachondeo, las pintas y la ciencia ficción. The World’s End presentaba sus personajes más humanos y cercanos, también los menos perfectos y más sufridos. Además del retorno Pegg/Frost (Pegg de nuevo en el guión), Wright rodea a los protagonistas de su elenco más acertado y entregado. Freeman, Considine y Marsan juegan y disfrutan tanto como los dos protagonistas y, además, nos invita a todos a una ronda.
Y ahora, Marvel. Ant-Man no es uno de los personajes más populares de la casa de las ideas, de hecho, es una idea tan valiente como toda la nueva fase Marvel, encabezada por los esperados Guardianes de la Galaxia del gran James Gunn, pero el talento puro de Wright, el carisma de Paul Rudd, el retorno de Michael Douglas a la liga de campeones y las enormes posibilidades de un guión Marvel escrito por Wright y Joe Cornish (Attack the block, Las Aventuras de Tintín) nos dejan con ganas de viajar en el tiempo y plantarnos en una sala de cine a mediados de julio de 2015.
Edgar Wright tiene en sus manos el repóquer de obras maestras como filmografía.
Por si no estáis muy familiarizados con el personaje, os lo presentamos vía IGN.
Última actualización: 29/01/2014