A finales de este 2014 llegará al cine Unbroken (en España está previsto su estreno para 25 de Diciembre del 2014), film dirigido por Angelina Jolie en el que se narra la vida de Louis Zamperini, un famoso atleta y héroe norteamericano durante la Segunda Guerra Mundial. Es indudable la gran influencia que en el cine ha tenido el mundo del deporte, y por ello queremos analizar cuales son, en nuestra opinión, las mejores películas de deporte en la historia del cine.
Si bien Unbroken tiene pinta de ser una narración dramática sobre toda la trayectoria personal, deportiva y militar de Zamperini, lo cierto es que el atletismo es uno de los deportes más representados en el cine. Si buscáramos un exponente, sin duda Carros de fuego (1981) de Hugh Hudson es el mejor film a la hora de buscar retratada la vida de dos corredores, Harold Abrahams y Eric Liddell, que se enfrentaron en los Juegos Olímpicos de 1924.
La dualidad entre dos profesionales del deporte siempre ha traído un juego extraño, dado que en muchas ocasiones no existe diferenciación entre buenos y malos, simplemente el fan y espectador puede sentirse más cercano a uno de los dos. Prueba de este enfrentamiento fue el de James Hunt y Niki Lauda en la veloz Fórmula 1 durante los años 70, muy bien representada en el reciente film Rush dirigido por Ron Howard.
Uno de los deportes más retratados por el séptimo arte es el no menos espectacular boxeo. Antológicas resultan la comercial y nostálgica saga de Rocky desde 1977 o Toro Salvaje con un Robert DeNiro en plena furia de violencia. No obstante, a la hora de decidir, preferimos quedarnos con la más realista Million Dollar Baby (2004), dirigida por Clint Eastwood y representativa del sector del boxeo femenino y de lo que supone un entrenamiento personalizado alejado de las opulentas fiestas y la glamourosa vida de los boxeadores famosos. Sin lugar a duda una de las mejores películas de deporte de los últimos años.
Películas sobre el fútbol tampoco faltan, siendo su principal exponente la mítica Evasión o Victoria (1981) de John Huston, en la que un grupo de prisioneros aliados de un campo de prisioneros de guerra nazi se enfrentarían en un partido de fútbol a una selección de alemana. Protagonizada por Michael Caine y Sylvester Stallone, a los que acompañaban varias estrellas del fútbol como Bobby Moore, Osvaldo Ardiles, Kazimierz Deyna o Pelé.
Quiero ser como Beckham (2001) o Mean Machine (2002) podrían ser dos exponentes de películas sobre fútbol recientes, sin olvidarnos de The Damned United (2009) dirigida por Tom Hooper, bajo producción de la empresa británica BBC Films y que está basada en hechos reales, concretamente en la trayectoria profesional del controvertido entrenador Brian Clough entre los años 1968 y 1974. El film muestra a la perfección los tejemanejes dentro del vestuario y en las juntas directivas, así como la tensión en el campo y cómo los sentimientos personales, en muchas ocasiones, son priorizados respecto a las estrategias futbolísticas rentables.
Curiosamente el baloncesto no ha tenido la misma representación profesional y deportiva en el cine. Al ser uno de los 4 deportes principales en Estados Unidos, Hollywood se ha volcado en numerosas ocasiones en él, pero casi siempre lo ha hecho buscando dos tipos de público, el de los fans acérrimos del deporte, con historias dramáticas o de superación, ya sea basadas en hechos reales o ficticias, sobre muchachos de la calle que ascienden en la imparable carrera de excesos y descontrol que supone la simbiosis baloncesto-fama; junto a otra tanda no menos numerosa de comedias, principalmente románticas, en las que el baloncesto aparece más de trasfondo de un telefilm que como base argumental.
Entre las basadas en hechos reales destaca Hoosiers: más que ídolos, protagonizada por el gran Gene Hackman y Dennis Hopper (nominado al Oscar como mejor actor secundario), inspirada en la historia de un pequeño instituto de Indiana que logró ganar el campeonato estatal de baloncesto en el año 1985.
Comercialmente debemos destacar dos producciones en clave de comedia y animación respectivamente, siendo la primera “Los blancos no la saben meter” de 1992 con Woody Harrelson y Wesley Snipes dirigidos por Spike Lee. En segundo lugar destacamos Space Jam de 1996, con Michael Jordan y los Looney Tunes en formato de dibujos animados, bajo la dirección de Joe Pytka.
Estados Unidos ha retratado la mayoría de sus deportes estrella como hockey sobre hielo, béisbol o fútbol americano. Sobre este último, son inolvidables Un domingo cualquiera de Oliver Stone, o Jerry Maguire, en la que Tom Cruise daba vida a un representante de jugadores profesionales de fútbol americano. La película fue nominada a 5 Premios Oscars (incluido el de mejor actor por el papel de Tom Cruise), aunque solo consiguió llevarse la estatuilla al mejor actor secundario Cuba Gooding Jr. por su papel como Rod Tidwell.
Por último, entre deportes más minoritarios, una en concreto brilla bastante, aunque quizás no lo suficiente para dejarse ver entre tanto título comercial.
Estamos hablando de Soul Surfer, film de 2011 dirigido por Sean McNamara que está basado en lo sucedido en la vida real a Bethany Hamilton, una surfista hawaiana que perdió su brazo por el ataque de un tiburón a los 13 años. Hasta la actualidad, la surfista no ha cedido ni un centímetro al océano ni al miedo y se ha convertido en una de las mejores profesionales del mundo, compitiendo en torneos oficiales y consiguiendo importantes títulos. Todo un ejemplo de lo que significa dedicar una vida al deporte y una película al espíritu deportivo.
Hasta aquí nuestro particular repaso a las mejores películas de deporte, ¿cuál es la tuya?
Última actualización: 25/09/2016