Sinopsis
Pero que todos sepan que no he muerto (Bones of contention) es la primera película de no ficción que explora el tema de la memoria histórica en España, centrándose en la represión de lesbianas, gays y transexuales durante el franquismo.
En los bordes de muchos caminos de España, enmascarados por kilómetros y kilómetros de pinos, se esconden multitud de sepulturas en las que más de 120.000 víctimas del régimen franquista fueron enterradas. Hoy las familias de esos desaparecidos lideran un movimiento para descubrir e identificar los huesos de sus seres queridos.
Invisibles a los ojos pero siempre presente en la mente de estas familias, estas fosas comunes de los desaparecidos son una metáfora apta para acercarnos al enigma de la memoria histórica: ¿Cómo puede superar un país las rencillas de un pasado que se esconde de forma deliberada?