Sinopsis
Roberto, un publicista en paro, es rechazado por todas las agencias en las que solicita trabajo. Su situación económica es desesperada. Ya nadie valora que fuera el creador del archiconocido slogan “la chispa de la vida” de Coca-Cola.
Todo cambia cuando de pronto sufre un accidente que le hace debatirse entre la vida y la muerte. Queda atrapado de tal forma que ni el Samur, ni los bomberos, ni siquiera los médicos se ponen de acuerdo en cómo rescatarlo.
Lo absurdo y dramático del suceso provoca el interés de los medios de comunicación. El protagonista decide aprovechar su experiencia como publicista para explotar la situación, convirtiéndola en un espectáculo mediático. Para ello contrata a un representante. La idea es simple: Vender la exclusiva a las televisiones y solucionar para siempre el futuro de su familia.
Luisa, su mujer, llega al lugar del accidente y asiste impotente al espectáculo que se ha generado alrededor de su marido. Intenta convencerle de que desista de su idea, pero la obsesión de Roberto por conseguir la exclusiva es cada vez mayor. Sin embargo, las negociaciones con las televisiones se eternizan, los intereses afloran y el rescate se complica. ¿Conseguirá el protagonista salvar su vida? ¿Preferirá dar la vida a cambio del dinero?.
La chispa de la vida es una burda crítica a la sociedad y a los medios de comunicación, en la que la originalidad y el buen acabado final brillan por su ausencia. No es que de la Iglesia haya sido la panacea del buen gusto y la perfección, pero casi todos sus films, con sus fallos, destilaban una sensación de intentar mostrar cosas distintas y hacerlo de una forma original. Aquí el guión es tan absurdol y predecible, que hace daño escuchar muchos de sus diálogos y dan ganas de quitarse los ojos antes situaciones tan ridículas e irreales.