Con una profunda reflexión sobre las trágicas consecuencias de un conflicto bélico. Tobias Lindholm firma una obra magnífica, con un potente mensaje antibelicista y con un protagonista excepcional.
A War (Una Guerra) – Los frentes abiertos
Sin duda, el cine bélico contemporáneo ofrece una interesante perspectiva sobre las guerras actuales, en las que las clásicas líneas de buenos y malos se difuminan, dando paso a varios conflictos morales y mostrando las primeras consecuencias del conflicto tanto material como personalmente. El danés Tobias Lindholm trae esos fuertes problemas en ‘A War (Una guerra)’, candidata al Premio del Público en los 29º Premios de Cine Europeo y nominada al Oscar a la mejor película de habla no inglesa en la edición 88.
Claus Michael Pedersen es el capitán del escuadrón danés destinado a la guerra de Afganistán para ayuda humanitaria. Cada día, los soldados deben aguantar los ataques de los talibanes, al igual que deben suministrar ayuda humanitaria a la población civil. Un día, una familia llega a la base danesa pidiendo amparo dentro del complejo militar, desean quedarse dentro ya que han sido amenazados de muerte. El capitán Pedersen rechaza su petición y la familia se marcha. Sin embargo, durante una misión de rutina, los soldados encuentran los cadáveres de toda la familia a la que habían denegado la entrada, incluidos el hijo y la hija pequeños. En ese momento, surge una emboscada y el capitán, sin identificarse, ordena abrir fuego, provocando la muerte de 11 civiles. Por ello, el hombre será enviado a Dinamarca para enfrentarse a un consejo de guerra, ya que se le acusa de matar a víctimas inocentes. En medio de este conflicto, están también los problemas familiares, puesto que Maria, la esposa del capitán, debe criar a sus tres hijos sola y uno de ellos ha empezado a desarrollar comportamientos incívicos.
Las caras olvidadas de la guerra
Dividida en dos partes, Tobias Lindholm apuesta por traer una película en la que lo primordial es el propio conflicto interno de sus personajes protagonistas. Ya en sus anteriores trabajos, ‘R’ y ‘Secuestro’, el director puso contra la espada y la pared los valores de un protagonista que vive en una situación extrema; además de haber escrito el guion de la magnífica ‘La caza’. En esta ocasión, el cineasta aprovecha el conflicto bélico en Afganistán para mostrar no sólo las terribles consecuencias de la guerra en el país asiático, sino también los otros frentes abiertos que tienen los personajes principales.
Junto a la guerra en Afganistán, la imagen más clara y directa, se une la fuerte crisis personal a la que se enfrenta tanto el capitán como los soldados. Por un lado, deben proteger a la población pero, por otro, deben también intentar sobrevivir, no morir en servicio. Pero el conflicto no sólo se libra en Kabul, también a miles de kilómetros, en la tranquila Dinamarca, en la que Maria, la esposa de Pedersen, debe batallar sola contra los problemas relaciones de uno de sus hijos.
Mensaje profundo, actor sublime
Y a esto, se une el propio conflicto moral del capitán, es ahí cuando entra en acción el segundo acto; en el que se ven las consecuencias de su imprudencia y también el remordimiento que siente al no haber protegido a esa familia indefensa. Muchos frentes abiertos en los que el director y guionista deja un importante mensaje antibelicista sobre las acciones y consecuencias de la guerra, visto desde la mirada de sus protagonistas y no siendo nada condescendiente ni con las fuerzas militares ni tampoco con aquellos que aprovechan la debilidad de los civiles para utilizarlos como escudo.
En medio de este conflicto, está un sublime Pilou Asbæk. El actor ya había protagonizado los otros dos filmes de Lindholm. En esta ocasión, el actor transmite no sólo su propia sensación de angustia, sino también de impotencia, de culpa. Un personaje cuyo principal tormento son sus actos, en los que una familia ha muerto. Esa culpabilidad, presente en toda la película, se siente en cada gesto y mirada del actor. Sin duda, una de las interpretaciones más redondas de la carrera de Asbæk. Quizás ‘A War (Una guerra)’ no narre nada nuevo pero lo que relata, lo cuenta de manera fehaciente e increíblemente humana. Es justamente por ese fuerte mensaje, además de por tener una trama más que interesante y un guion bien ejecutado, lo que hace que el filme deba verse. Magnífica pero tan amarga como la hiel.