Sin duda, la inclusión de ‘Brooklyn’ en la terna de los Oscar de este año como candidata a Mejor Película fue toda una sorpresa. Cierto es que el tema, un amor imposible de época, puede parecer típico de estos premios. Sin embargo, la forma en la que es tratada esta obra hace que su presencia se celebre. Basada en la novela homónima de Colm Tóibín y que, junto con ‘La habitación’, representan la vena más independiente de la Academia.
Años 50, Eilis Lacey es una joven muchacha que vive en Enniscorthy, un pueblecito en el sureste de Irlanda. Se trata de un lugar gris y sin vida en el que la chica no encuentra sitio ni lugar. Gracias a la ayuda del padre Flood y de su hermana mayor Rose, Eilis consigue un billete de ida a Brooklyn, Nueva York. Allí se hospedará con la amable pero estricta señora Kehoe. En su nueva ciudad, la joven conocerá un nuevo estilo de vida, se enamorará y tendrá ilusión por labrarse un futuro propio. Sin embargo, con la muerte de su hermana, Eilis tendrá que elegir si ser libre e independiente en su nueva ciudad o volver al nido materno para cuidar a su pobre madre enferma.
Algo que hay que tener claro con ‘Brooklyn’ es que no se está ante un drama sobre los inmigrantes europeos de mediados del siglo XX. Cierto es que la trama gira en torno a ello, pero es una metáfora sobre la propia libertad personal frente a la dependencia familiar. Con lo cual, aquél que espere encontrar una sórdida historia semejante a ‘Gangs of New York’ o ‘El sueño de Ellis’ encontrará sus demandas frustradas. Pero eso no hace a ‘Brooklyn’ un melodrama rosa, al contrario, sino que da un enfoque amable y positivista de lo que fue ese momento histórico en el que la gente salía adelante gracias a la solidaridad, compañerismo y corporativismo.
Con lo cual, dónde radica la fuerza de este drama del director de ‘Boy A’. Sin duda en el magnetismo innato de su actriz principal: Saoirse Ronan. Con su mirada, la joven intérprete irlandesa sabe darle vida a la nostalgia, al afecto, a la desesperación, al ingenuo amor, a la constancia del esfuerzo. La joven tendrá un dilema entre el pasado y el presente. Toda una invitación a plantearse qué es lo que una persona realmente desea y qué es lo que ha inducido la propia herencia familiar.
Ronan, que ya deslumbró con ‘Expiación, más allá de la pasión’, es una demostración de la fuerza interior que derrochan sus expresiones no verbales, aunque con diálogos contundentes. Junto a la actriz, un reparto de secundarios con carisma. Todo un descubrimiento el actor neoyorquino Emory Cohen. Julie Walters y Jim Broadbent aportan su experiencia como apoyo a la joven Ronan. También destaca Domnhall Gleeson, que parece estar en cada éxito comercial y de prestigio (En sólo un año ha participado en películas como ‘El renacido’, ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’ y ‘Ex Machina’).
Con una mirada amable y afable, ‘Brooklyn’ es un excelente relato de época con un magnífico elenco de actores. John Crowley demuestra ser un realizador de intérpretes. Nick Hornby vuelve hacer alarde de su buena factura como guionista, ya se encargó de los libretos de ‘An Education’ y ‘Alma salvaje’. Sin duda, un filme hecho con esmero y buena voluntad. Cierto es que no es la gran obra maestra del año, pero ¿a quién le puede amargar un agradable paseo de verano por Coney Island?
4 / 5