‘Le llaman Bodhi’ fue uno de los clásicos del cine de acción de los años 90. Un interesante thriller deportivo llena de intriga y con dos grandes estrellas del momento: Patrick Swayze y Keanu Reeves. En esta época en que parece que todo éxito de los 80 y 90 necesita volver a revisionarse, no sorprendió que se decidiera lanzar un remake de la cinta. Fue así cómo ahora llega ‘Point Break (Sin límites)’, esta vez protagonizada por Luke Bracey y Edgar Ramírez.
Johnny Utah es un joven aventurero y gran amante de los deportes de riesgo. Tras un brutal accidente, en el que pierde la vida su mejor amigo, decide dejar atrás su pasado rebelde para unirse al FBI. No lo tiene su fácil, su turbio pasado dificulta las cosas. Para demostrar su capacidad para ser miembro de la ley, decide investigar un caso sobre robos en todo el mundo a empresas estadounidenses. Es así como conoce a Bodhi, un joven que le hará ver la vida de otra manera y que le hará plantearse su propio destino.
En 1991, una joven realizadora, Kathryn Bigelow, demostraba su buen hacer como cineasta de acción, un género mayoritariamente masculino. Con ‘Le llaman Bodhi’, la directora supo combinar impactantes escenas de acción, con buenas interpretaciones y una trama interesante llena de thriller e intriga. Realmente, no era difícil producir un remake fiel al original y carente de cualquier innovación creativa para obtener buenos resultados en taquilla.
Sin embargo, este trabajo encargado a Ericson Core, sólo consigue demostrar una cosa: Lo bueno que es filmando escenas deportivas de alto riesgo. Desde el momento en que se ve a Johnny Utah montar en motocicleta a verle surfear gigantes olas o hacer escalada sin protección se consigue crear una sensación de vértigo lleno de brutales imágenes naturales y acción
Pero no hay más, ya que este ‘Point Break’ no llega a decir prácticamente nada en sus 113 minutos de duración, con personajes planos y sin ningún tipo de desarrollo en la trama. Este Johnny Utah carece de los tormentos que tenía su contraparte de la cinta original y muestra a una banda de fanáticos religiosos sin un motivo “lógico” para cometer sus fechorías.
Eso provoca que se esté ante una producción con mucho deporte de riesgo, tiroteos y cuerpos esculturales. Ni siquiera sus actores logran transmitir algo más que lo ya dicho. El australiano Luke Bracey pretende tomar el testigo de Keanu Reeves en el novato agente del FBI. No consigue mostrar prácticamente nada, esa catarsis a la que, supuestamente, debe llegar no se ve. Otro punto más para el venezolano Edgar Ramírez, el Bodhi de esta versión, que no logra acercarse a la interpretación de Patrick Swayze en la producción original. El venezolano hace que el público se pregunte dónde quedó ese actor que se mimetizó en El Chacal en la cinta francesa ‘Carlos’, por la que ganó el premio César de la Academia francesa.
‘Point Break (Sin límites)’ logrará enganchar a aquellos amantes de los deportes de riesgo y la adrenalina pero no hay que verla como una película sino como un documental de este tipo de deportes. No hay más. La saga ‘Fast & Furious’ ha marcado demasiado a la nueva generación del cine de acción.
1.5 / 5