Ya lo dijo Schiller: “El encanto de la belleza estriba en su misterio; si deshacemos la trama sutil que enlaza sus elementos, se evapora toda la esencia”. El cineasta taiwanés Hou Hsiao-Hsien se adentra en la Edad Media china, aquella de las artes marciales que tan bien supieron plasmar Zhang Yimou en ‘La casa de las dagas voladoras’, ‘Hero’ o ‘La maldición de la flor dorada’ o Ang Lee con ‘Tigre y dragón’. Hou propone con ‘The Assassin’ una revisión completa y vanguardista de la fórmula. Algo que funciona a la perfección, como lo demuestra su premio al Mejor Director en el Festival de Cannes y ser la representante de Taiwán en los Premios Oscar de 2015.
China, siglo IX. La joven Nie Yinniang vuelve a la casa familiar después de años de exilio. Durante ese tiempo, Yinniang ha estado educada por una monja que le inició en las artes marciales. Esa educación no ha sido en vano, su objetivo es convertirse en una verdadera asesina justiciera que no duda en eliminar a todo aquél gobernante corrupto.
Tras fallar en una misión, su maestra le dará una dura tarea: Matar a su primo Tian Ji’an, que gobierna la provincia militar de Weibo, una región disidente y rebelde del gobierno del Imperio chino. Para Yinniang no será fácil, no sólo porque se trate de una decisión que va en contra de sus ideales, puesto que su primo no es corrupto, sino porque también estuvo prometida a él antes de que su tía incumpliese su palabra y le casase con una rica terrateniente. Yinniang tendrá un conflicto moral entre lo que debe ser una justiciera y lo que es una sanguinaria asesina.
Para poder entrar en la belleza y la magnificencia de ‘The Assassin’ lo primero es olvidar los cánones conocidos del género. Hou los deconstruye completamente, dejando un escenario en crudo en el que desarrolla un lenguaje propio y único, no apto para cualquier tipo de espectador. Porque más que acción, lo que prima en la propuesta del realizador taiwanés es esa aura vivida en el cine de época, aquella incómoda sensación de acecho. Y Hou lo ejecuta con un lenguaje propio, primando una belleza visual excepcional que envuelve al público cual niebla de otoño. Tal es el grado de excelencia y gracilidad, que una vez rota la pared que crea accidentalmente esa hermosura, se consigue vislumbrar un relato clásico de traiciones, amores imposibles y complejos sistemas de gobierno cargados de ambiciones.
Cierto es que ‘The Assassin’ no le gustará a aquellos amantes del géneros y a aquellos que deseen buscarle coherencia a un relato que prefiere centrarse en las sensaciones y emociones más que una coherencia de guión. Hou revoluciona al cine de artes marciales ofreciendo unas imágenes inspiradoras, clásicas y tremendamente humanas. Y está esa heroína magnicida, una mujer cuyos escrúpulos provocan que quede atrapada en un dilema moral que logrará resolver gracias a aceptar su propio código.
Con lo cual, ‘The Assassin’ logra mantener la esencia de los elementos tradicionales del cine de artes marciales dotándole de una profundidad e intensidad nunca vistas en las producciones de otros cineastas de renombre como los ya citados Zhang Yimou, Ang Lee o Wong Kar-Wai con la excelente ‘The Grandmaster’. Y ese puede ser su gran pero, que convierte a esta majestuosa pieza de orfebrería en una alhaja accesible para pocos paladares.
Una gesta clásica e intensa dotada de una fastuosa y etérea elegancia y delicadeza hace ‘The Assassin’ una de las mejores propuestas cinematográficas del año. Es imposible no rendirse ante tal belleza, una maravilla visual llena de intensa complejidad.
4 / 5