Denis Villeneuve ha puesto el listón muy alto con obras como ‘Incendies’, ‘Prisoneros’ y ‘Enemy’. Es por eso que el canadiense, en alza, no hace más que generar una sensación de ansiedad en el público cada vez que se habla de sus próximos proyectos. ‘Sicario’, su esperadísimo último trabajo hasta el momento, acaba resultando un film interesante, correctamente narrado y con una virtuosa puesta en escena. Sin embargo y más allá de sus cualidades, no se aproxima al nivel de las cintas precedentemente realizadas por el director.
Es probable que la temática de la película suene, de antemano, bastante trillada. Incluso da la impresión de que ha de ser una tarea difícil encontrar el punto justo y a la vez original por donde abordar el relato para sorprender al observador y no caer en lugares comunes. De todos modos, Villeneuve se las ingenia y vuelve a demostrar su capacidad como creador de atmósferas oscuras y sombrías, siempre al servicio de una estética magnífica en cuanto a encuadres, planos y fotografía.
‘Sicario’ arranca con energía y fuerza al presentarnos un acontecimiento vibrante. Así conocemos a Kate Macer (Emily Blunt), una idealista agente del FBI que es reclutada por un oficial del gobierno para ayudar en la guerra contra el narcotráfico. A partir de allí y con muchas dudas e incertidumbres, nuestra protagonista se une a un equipo cuyos hombres se muestran algo enigmáticos en cuanto a los verdaderos objetivos a cumplir.
Se trata de un thriller que saca provecho de unos cuantos momentos de rigidez, de suspenso, llevados adelante con un pulso admirable y acentuados por una banda sonora que cuando mejor empleada está, se percibe sobrecogedora. Más allá de estos apreciables pasajes del film, el aspecto relacionado al apartado técnico se advierte muy superior en comparación con la magnitud o fuerza de enlace de diversas secuencias que tienen lugar en la proyección. ‘Sicario’, en determinados tramos, resulta irregular en entretenimiento.
Entre los puntos más altos del reparto, Emily Blunt se luce a base de una actuación en la que convence sin la necesidad de enunciar frases extensas ni mucho menos: lo más destacable de su labor radica en la capacidad expresiva que consigue al transmitir, con la mirada, sensaciones de angustia, preocupación, valentía e inquietud. Por otra parte, Benicio Del Toro cumple sobradamente en un papel que le queda definitivamente bien.
La cinta de Denis Villeneuve es atrayente y cautivadora esencialmente para los sentidos. Es una pieza prolija y exquisita desde la puesta en escena. Es probable que, en contraposición a lo recién citado, la historia no se sienta tan apasionante. Fuera de ello, el realizador canadiense conserva su sello y nos regala varios destellos de buen cine, dándonos lugar a pensar sobre los eventos sin soltar todo de manera tan literal.
3.5 / 5