El escritor y humorista alemán Jean Paul dijo: “La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados”. El reconocido cineasta chino Jia Zhang Ke es un experto en retratar a la China de su tiempo y evitar que su propia gente olvide lo que una vez fueron y en lo que se han convertido. Su última película, ‘Más allá de las montañas’, se convierte en una triste gesta sobre la deshumanización de una sociedad, conformada en un hermoso melodrama en tres actos.
Es la noche de Fin de Año de 1999 en China. Tao es una joven de Fenyang, una localidad de la región de Shanxi, que tiene una gran amistad con Zhang y Liangzi, dos jóvenes amigos de toda la vida. Sin embargo, esa amistad entre los tres se romperá cuando los dos chicos pretendan el corazón de la bella Tao. Por un lado, Zhang es propietario de una gasolinera y tiene negocios que están prosperando, por el otro está Liangzi, que es sólo un humilde minero con un gran corazón. Tao, aconsejada por la razón, acepta la proposición de Zhang, rompiendo la amistad entre los tres para siempre. Sin embargo, el futuro será muy distinto a como cada uno había imaginado.
Premio al Mejor Filme Europeo en el Festival de San Sebastián y Selección Oficial del 68º Festival de Cannes, Zhang Ke combina con una bella poesía, una fábula partidas en tres actos en la que sus protagonistas son víctimas del falso idealismo que se les ha planteado con los avances económicos del gigante asiático. Todo comienza con un inicio estridente, vivo, con la canción ‘Go West‘ de los Pet Shop Boys, música que será clave a lo largo de la historia. También es un año clave, 1999, que supuso el fin de una etapa, de un siglo, de un milenio. Un momento el que Internet empezó a convertirse en un elemento masivo y que revolucionó a todo el sistema. El filme continúa en el 2014, que marca cómo se vive el presente para desembocar en el año 2025, un futuro que prevé cómo será el sistema en esa época.
Tres tiempos, tres momentos mostrados tanto en el aspecto técnico (la cámara pasa del 1.37 : 1 de 1999 al 1.85 : 1 del 2014 para acabar con un impresionante 2.35 : 1 para el futuro 2025) como en su lado emocional que se ve reflejado en la magnífica actriz Tao Zhao. Sin duda, Zhang Ke creó ese personaje pensando expresamente en su musa, puesto que la actriz ha rodado ya varias películas para el cineasta como ‘Naturaleza muerta’ o ‘El mundo’. Un papel femenino con una fuerza interior pocas veces visto.
Zhao derrocha expresividad, dolor, alegría, tristeza, experiencia, dignidad… Todo con delicadas expresiones, con miradas que muestran el peso del paso del tiempo y que desembocan en un acto final emotivo y que queda perenne en el recuerdo. Una escena llena de soledad pero también de alegría, aquella que surge tras aceptar no sólo el paso del tiempo, sino todos los aciertos y errores que la propia vida le ha dado. Una imagen grabada en la memoria y que cierra un círculo de manera magistral.
Pero ‘Más allá de las montañas’ no sólo es la imagen de la madre, de la hija, de la esposa, de la mujer en sí, va más allá al mostrar cómo el gigante asiático ha ido dejándose arrastrar por las comodidades y lujo que ofrece la cara más feroz del capitalismo en una fuerte crítica a la pérdida de la identidad y, lo más doloroso, el olvido. Tras el pasado, en el que Zhang Ke trae a la vida un elegante melodrama que sirve para mostrar los futuros acontecimientos, llega un presente desconsolado, en el que se ve las consecuencias del idealismo del progreso, ese que tiene su metáfora en la decadencia de sus personajes en contraste con el indiferente progreso económico. Tras ello, llega un futuro absorbido, en el que la tranquilidad económica choca contra la ausencia del afecto, en el que se ha olvidado el legado dejado durante generaciones.
Una advertencia del cineasta al devenir del tiempo, del que todavía se puede reaccionar. Zhang Ke con su fábula emocional, bella y poética partida en tres actos deja un aura de melancólica aflicción que se envuelve después en una celebración del vivir, de haber vivido y de seguir viviendo y que la memoria perdura como una madre que ha amado sus hijos y que siempre estará allí por ellos. Con ello, con una agridulce sensación de nostalgia y júbilo se cierra el telón y una demostración de estar ante uno de los cineastas contemporáneos más interesante del cine actual. Una obra maestra que sí quedará grabada en el tiempo. Siempre en dirección al oeste.