Antoine de Saint-Exupéry, en ‘El principito‘, escribió: “No era más que un zorro semejante a cien mil otros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo“. Mark Osborne, en 2015, se atrevió a adaptar a la gran pantalla este clásico de la literatura contemporánea pero reinventándolo para tener mayor libertad sobre la trama. El resultado es ‘El principito‘, una maravillosa propuesta que cuenta, en su versión original, con voces de reconocidos actores como André Dussollier, Marion Cotillard, Guillaume Canet, Laurent Laffite o Vincent Cassel.
Entrar en la prestigiosa Academia Werth es lo que todos los niños desean, puesto que se trata de la escuela más importante de París y asegura un futuro brillante para sus alumnos. Ante esto, la pequeña niña y su madre están preparando todo el verano para que la niña entre en la escuela. Esto provoca que debe tener un duro horario, en el que no hay sitio para la creatividad y el ocio. Un día, el extraño vecino que vive al lado de su casa le deja un pequeño libro que escribió hace mucho tiempo titulado ‘El principito‘, de esta forma, la niña se introduce en el fabuloso mundo del Principito, donde conocerá al aviador, el zorro o la rosa.
Osborne combina la animación CGI con el stop-motion, provocando que se cree una maravillosa sensación al entrar en mundo de fantasía en el que los sentidos se pueden abandonar, olvidando a la animación por ordenador imperante. El mensaje de Saint-Exupéry es respetuosamente adaptado para una película que ofrece la posibilidad de que las generaciones actuales puedan entender lo que el célebre autor quería decir.
Actualización dosificada en la que se puede ver cómo la película trata asuntos como el sentido de la vida, la amistad, la soledad, la pérdidad de un ser querido o la muerte. Desde la perspectiva del Principito, se aprecia un cuidado claro respecto a la obra original, con el final propio de lo que los lectores esperan, pero en la parte actual, en la de la niña, se aprecia un mensaje fuerte, el de crecer sin olvidar lo que se ha sido, el de aceptar la muerte y el de valorar lo que uno tiene. Eso deja una propuesta rica en matices que evoca a historias como la de ‘Momo‘ de Michael Ende, especialmente en sus últimos actos.
Alejada de momentos almibarados, ‘El principito‘ está a la altura de ‘Del revés (Inside Out)‘ de Pixar, demostrando la capacidad del cine francés de ofrecer propuesta de animación que combinen comercialidad con intenciones artísticas.
‘El principito‘ se convierte en un cuento contemporáneo lleno de sentimiento en el que la felicidad y la tristeza conversan pausadamente. Una propuesta rica en matices que conserva la esencia de la obra original, crea un relato contemporáneo a su altura y ofrece una de las mejores propuestas vistas en el cine de animación europeo más reciente.