El guardián invisible es una película muy cuidada en su aspecto técnico, hipnótica fotografía, sombrío diseño de producción, atmósfera de cine negro, acertada banda sonora; además de tener un magnífico reparto. Lástima que su guion no esté a la altura, como tampoco del best-seller de Dolores Redondo.
Las adaptaciones de los best-sellers son, en la mayor parte de los casos, tareas muy complicadas de realizar. Lo es porque el seguidor del libro buscará que la película sea lo más fehacientemente fiel a la novela, mientras que aquél espectador ajeno quiera disfrutar, ante todo, de una buena película. Ardua tarea en la que se embarca Fernando González Molina, que dirige ‘El guardián invisible’, basada en la novela homónima de Dolores Redondo, uno de los libros más vendidos del panorama actual español.
En medio del bosque, cerca del río Baztán, el cuerpo de una adolescente aparece completamente desnudo, parece estar relacionado con un caso similar, ocurrido meses atrás. La inspectora Amaia Salazar se encargará del caso, su experiencia en el FBI y su poderosa intuición harán que recorra paso a paso el pueblo de Elizondo, aquel lugar donde creció y del que huyó, atormentada por el maltrato de su madre. El caso irá complicándose con la aparición de nuevos casos y también por los propios fantasmas del pasado de la inspectora. No será fácil, en aquel lugar existen supersticiones y elementos que distorsionarán la investigación.
Magnífica ambientación y atmósfera
Realmente, ‘El guardián invisible’ es una película muy cuidada en cuanto al diseño de producción, la música, la fotografía y demás aspecto técnico. Se logra crear una propuesta que demuestra la evolución del cine español en cuanto a comercialidad. La cinta desprende cierta aura de thriller nórdico, la comarca de Baztán es un escenario perfecto para emular a la saga de ‘Los casos del Departamento Q’ o ‘Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres’ de David Fincher.
Sin embargo, ¿cómo algo tan perfecto no logra dar el golpe definitivo? La clave está en un guion flojo, obra de Luiso Berdejo, que intenta ser fiel a la obra original de Dolores Redondo y mantiene un lenguaje literario que le hace un flaco favor provocando que los actores, que defienden sus personajes de la mejor manera que pueden, parezcan impostados, como si estuviesen recitando a Lope de Vega y no investigando a un asesino en serie.
No sólo son los diálogos los que flaquean, la cinta durante todo su metraje, pese a tener una atmósfera de misterio, no logra hacer que se sienta esa amenaza, las pistas, las dudas, las pruebas, todo parece excesivamente canónico, sin lugar a la sorpresa. No sólo eso, cuando se intenta poner los elementos sobrenaturales quedan completamente fuera de lugar, provocando hasta cierta sonrisa por parte del público. De hecho, en ese sentido se queda por debajo de otras adaptaciones literarias como ‘El alquimista impaciente’ o ‘La playa de los ahogados’.
Éxito comercial sin el alma de La isla mínima o Que Dios nos perdone
Fernando González Molina ya demostró su profesionalidad con taquillazos como ‘Tres metros sobre el cielo’, ‘Tengo ganas de ti’ y, especialmente, con ‘Palmeras en la nieve’. Se evidencia que es un director hecho para crear éxitos comerciales pero que, de momento, carece del alma de autor que convirtieron a thrillers como ‘La isla mínima’ o ‘Que Dios nos perdone’ es magníficas películas.
‘El guardián invisible’ se queda por detrás de la novela que adapta. Gustará a los fans acérrimos de la saga, cierto, pero costará mucho que gane nuevos adeptos. Una lástima, especialmente por una portentosa Marta Etura, que tenía un personaje femenino interesante e hipnótico, poco visto en el cine. Un papel que está muy por encima de esta adaptación, que gracias a sus actores y a su cuidado apartado técnico, lograr salvar los muebles.
Tráiler de El Guardián Invisible