Sin duda, uno de los peores acontecimientos del siglo XX, la Segunda Guerra Mundial, ha dado pie a múltiples relatos. Uno de los más horribles actos ya es un tema demasiado manido. El cine alemán es experto en ello, la mayor parte de su producción está basado en estos acontecimientos. No obstante, recientemente se están contando de una manera distinta, ahora interesa conocer qué pasó después, la Alemania que empezaba a levantar cabeza. Ahí es donde entre ‘El caso Fritz Bauer‘, una película que recupera la esencia de las buenas películas de espías del cine clásico.
Año 1957, han pasado ya 12 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y la caída del Tercer Reich. Fritz Bauer ejerce como fiscal general en la República Federal Alemana, de origen judío, Bauer tuvo que vivir en el exilio en Suecia durante la conflicto bélico. Desde que volvió a Alemania y fue nombrado fiscal general, tiene la intención de encontrar a aquellos nazis que se ocultan de la justicia y que paguen por los horrores que causaron durante el Holocausto. Gracias a una filtración, el fiscal logra dar con el paradero de Adolf Eichmann, miembro clave de las SS y que está viviendo con otra identidad en Argentina. Tendrá la ayuda del magistrado Karl Angermann, que guarda también un secreto.
Lars Kraume sigue la estela de otras producciones alemanas como ‘La conspiración del silencio‘ o ‘Phoenix‘ para traer esa otra historia incómoda, la de la sociedad alemana que prefiera hacer oídos sordos ante el pasado para reconstruir su milagroso presente. La figura de Fritz Bauer, que actualmente es reconocido por toda la sociedad alemana y considerada la de un héroe, fue más que molesto para un sistema judicial que a la vez que perseguía a los antiguos dirigentes del país los ocultaba. Por ello, el filme muestra varias capas en las que se aprecia ese difícil diálogo entre la propia sociedad alemana.
Todo un acierto es darle ese toque de espionaje y traiciones propia del cine de género. Con lo cual, las confidencias en lugares inhóspitos, las intrigas y las gabardinas con aroma a tabaco son las principales estrellas. Un juego de estrategia donde la verdad debe ser la ganadora. Para ello se ha elegido a Burghart Klaußner, conocido por sus papeles en ‘La cinta blanca‘ o ‘Los edukadores‘, que se convierte en el desconfiado fiscal. Símbolo ahora por la lucha contra los nazis, el actor consigue darle los matices necesarios para ver a un hombre atormentado por el pasado y que con esa persecución pretende no sólo darle confianza a las nuevas generaciones de la sociedad germana, sino también darle voz y justicia a las víctimas del Holocausto y aquellos alemanes contrarios al régimen.
Con ese premisa, el objetivo se consigue con un elegante y comedido acierto. Aparte, el filme va por otros lares como el ser homosexual en la década de los 50. En aquella época era considerado una obscenidad y sólo por ser homosexual se podía acabar en la cárcel. Bauer, que era un hombre dentro del armario, conecta de esa forma con su compañero de trabajo, Angermann. El filme evita crear tramas amorosas en ese sentido, puesto que la búsqueda de Eichmann es lo primordial, pero sí se da tiempo para dar un mapa de la reprimida vida que debía llevar un hombre que tenía una orientación sexual diferente. Un prejuicio tapa a otro.
Bien hilada y resolución sagaz, ‘El caso Fritz Bauer‘ tiene aroma de cine clásico y logra traer a luz un personaje desconocido para buena parte de la sociedad europea. Cine negro de calidad, alejado de los parámetro del cine de la industria de Hollywood. Cierto es que no es un ejercicio atrevido pero lo que cuenta resultad demasiado osado que su forma de ejecutarlo ayuda a llevar esta historia de un público mayor. Elegante y bien filmada, una historia que el público necesita ver y que les llegará gracias a su buena narración.