¡Prepárense osados humanos, el apocalípsis simio ha comenzado, y de que forma!
Con todo el “hype” que puede tener una película, llegó a nuestros cines El Amanecer del Planeta de los Simios, la abanderada entre todos los blockbusters de verano por ofrecer además de pirotecnia, calidad.
Matt Reeves hizo suya la silla del director para afrontar su reto más ambicioso hasta la fecha, crear una secuela de una película de éxito, El Origen del Planeta de los Simios, y no ofender ni maltratar en la medida de lo posible a toda una generación anterior de films en la franquicia.
Para nuestra suerte, gozo, y disfrute, El Amanecer del Planeta de los Simios no es otra tanta de esas victimas de su propia campaña de marketing, y todas las expectativas creadas no se cumplen, sino que se superan ampliamente para ofrecernos una de las mejores películas del año.
El espectáculo está garantizado, y casi sobra hablar de una tecnología en la captura de movimientos de los simios (gracias Andy Serkis) y un diseño y animación de estos que entra en lo fuera de lo común, soberbios. Su integración con la imagen real no tiene parangón, pero sí un sentido muy importante, que nos creamos a los simios que aparecen en pantalla, para posteriormente sentir lo que ellos sienten y sufrir cuando ellos sufren.
La acción está presente en El Amanecer del Planeta de los Simios, en su gran parte en el último tercio de la película, con un resultado incontestable, pero lo que define a esta secuela es su tremenda carga dramática. El Amanecer nos brinda un símil de lo peor y lo mejor de la sociedad en la que vivimos, con las jerarquías, las relaciones entre personas, la confianza, la familia, la gratitud, la lealtad, las razas y etnias, y como la simpleza de nuestro ser hace posible que una oveja negra sea capaz de derrumbar un sistema establecido libre y justo como un mero castillo de naipes.
El Amanecer del Planeta de los Simios no esconde su complejo trasfondo, y tiene mucho que contar y ofrecer. Su intensidad va de menos a más, y terminarás agarrado al asiento deseando entre otras cosas, que el espectáculo que tienes ante tus ojos no acabe nunca. A todo esto ayuda, claro está, un formidable trabajo de actores con un gran y creíble Jason Clarke a la cabeza.
Podríamos hablar de sus virtudes durante largo y tendido, pero estamos ante una película que deberías ver con la mínima información posible sobre ella, para que dejes que te sorprenda, que te atrape y te haga disfrutar como sólo los grandes films consiguen hacer.
El Amanecer del Planeta de los Simios entra directamente en la historia del cine para volver a romper el dicho de “las segundas partes nunca fueron buenas“, ¿conseguirá la osadía de repetir hazaña con la tercera entrega?
5 / 5